Junio 4, 2013
De camino a Sídney
La Gold Coast, Surfer Paradise, Miami (¡!), Byron Bay, Port Macquarie… son sólo algunos de los lugares donde tomar el sol, disfrutar del mar y hacer surf. Sus largas y perfectas playas, las olas del océano, las rocas, el sol brillando en el cielo… ¿Quién lo hubiese imaginado? ¡Qué maravilla!
Además, en Cape Byron, se puede dar un largo paseo y disfrutar desde el faro de unas vistas panorámicas del mar, con los surfistas cogiendo olas y, de vez en cuando, los delfines asomando sus narices en la superficie 🙂
Los surfistas forman líneas como si fueran bollas humanas. Cada vez que aparece una ola en condiciones, saltan al ataque desde sus trincheras; avanzando sin temor y cayendo de vez en cuando como si les hubiese alcanzado una bala invisible… lo sé, lo sé… estoy dejando volar mi imaginación. Pero, en serio, la situación me recordó a una de esas escenas de películas bélicas sobre el desembarco de Normandía o Salvemos al Soldado Ryan…
La carretera de la costa es totalmente recomendable. Pero, si os soy sincero, la autopista Great Ocean Road es incluso mejor… ¡No os la podéis perder!
Por cierto, ¿sabíais que Port Macquarie tiene un hospital de koalas? Resulta que en Australia es muy común este tipo de clínicas especializadas en marsupiales; un ejemplo perfecto de la buena disposición del país para conservar y proteger su fauna y flora.
En este punto del viaje, me viene a la mente lo que dijo T.T mientras contemplaba las delicias gastronómicas del sudeste de Australia: “Sigo un régimen triple de comida, porque con uno doble no consigo saciarme”.
Para realizar una buena reseña sobre la cocina australiana, la cual es fantástica (nada que ver con Nueva Zelanda), tendría que escribir un informe especial y pormenorizado. Tal vez lo haga… mientras tanto, os la resumo en tres rasgos:
- Enormemente diversa: una fusión de la cocina europea y asiática (especialmente china y japonesa).
- Productos totalmente frescos, directamente de la granja o del mar.
- Calidad excelente.
Como resultado, todos los días terminábamos con el estómago bien repleto… como en nuestro viaje a Roma…
Y de vuelta a la carretera… llegamos a la siguiente parada: Sídney. Una de las ciudades más bonitas del mundo.
Loros numerados… solo es posible en Sídney
Aquí os dejo unas fotos del festival Vivid Sydney:
Psicodelia
Si queréis ver el resto de las fotos de mi viaje, podéis encontrarlas en mi perfil de Flickr.
¡Esto es todo, amigos! Volveré pronto con más aventuras desde tierras lejanas…
