Marzo 5, 2018
Nos enfrentamos a un criptocampo de minas
Las palabras de moda del siglo XXI. Unas vienen y otras se van. ¿Recuerdas la última? Sinergia, empleada en casi todas las presentaciones empresariales de hace unos 15 años (salvo en las mías, ¡menos mal!). ¿Te acuerdas del bug Y2K? Madre mía, hace ya 18 años. También se fue como vino (después de ser mucho menos de lo que se esperaba de él). Y de los que vienen y se quedan, están… mmm… wellness, proactivo, paradigma… Pero me estoy desviando.
Volvamos al tema del que quiero hablar hoy: las palabras tecnológicas que están de moda. ¿Cuáles se te ocurren? ¿Inteligencia artificial? ¿Big data? ¿El Internet de las Cosas? ¿Informática cuántica? ¿O puede que las famosas criptomonedas y los bitcoins? Estas son las más populares según Google.
No todas se refieren a tonterías, estupideces, estrategias de marketing o decepciones para el inversor y el consumidor… sofistería (¿Es una de esas palabras? Lo parece, pero…). La cadena de bloques sí lo es. Por ejemplo, nuestra incubadora empresarial está promoviendo ideas de cadenas de bloques que mejorarán su ámbito.
No solo para comprar Bitcoins, sino también para venderlos
Pero esta publicación no trata de eso. Hoy quiero compartir mis pensamientos sobre la influencia de las criptomonedas en la seguridad global y cómo ayudamos a los usuarios a protegerse de las nuevas amenazas. También voy a fantasear un poco sobre el futuro de los servicios gratuitos de Internet y las opciones para la monetización del software.