Noviembre 13, 2018
Los consumidores pueden tomar sus propias decisiones
Además de un mercado para sus bienes y servicios, una empresa también necesita recursos. Existen recursos financieros: dinero; recursos humanos: empleados; recursos intelectuales: ideas comerciales y la capacidad de ponerlos en marcha. En algunas empresas, incluso a veces en industrias enteras, otro recurso necesario es la confianza.
Imagínate que decides comprar un aspirador. ¿Necesitas la confianza del fabricante? No. Simplemente compras el que parece el adecuado, según sus características técnicas, su apariencia, calidad y precio. La confianza no entra en este juego.
No obstante, en algunas industrias, como por ejemplo la financiera o la sanitaria, la confianza juega un papel fundamental. Si no confías en un asesor financiero o en una marca farmacéutica, es complicado que te conviertas en su cliente o que compres sus productos, de hecho, puede que nunca lo hagas. Hasta que el asesor financiero o la empresa farmacéutica demuestren que son de confianza.
Pues nuestro negocio (la ciberseguridad) no solo requiere confianza, sino que dependemos de ella. Sin ella, la ciberseguridad no existe. Y algunos (a lo que podemos llamar detractores) lo saben perfectamente e intentan destruir la confianza de la gente en la ciberseguridad por todos los medios.
Puede que pienses que algo va mal en nuestros productos si hay alguien está intentando minar su confianza. No obstante, yo confío plenamente en la calidad de nuestros productos y los resultados de las pruebas independientes lo demuestran. Además, algo más ha cambiado estos últimos años: la turbulencia geopolítica. Y nos ha pillado justo en el medio.
La maquinaria propagandística se alzó contra nosotros. Hoy, son muchos los que siguen escuchando y leyendo alegaciones sin fundamento sobre nosotros, que proceden de informes de los medios que citan “fuentes anónimas” (sin verificar). No queda claro si estas historias están influenciadas por la agenda política o las necesidades comerciales para impulsar las ventas, pero estas falsas acusaciones deberían de ser inadmisibles (al igual que otras injusticias). Por ello, hemos cuestionado y refutado todas las declaraciones que han ido en contra de nosotros, una por una. Utilizo el verbo refutar con cautela (recuerda que no han demostrado nada; ni podrían, ya que no se ha cometido ningún delito).
De todas formas, después de casi un año desde la última ola de alegaciones, he decidido realizar por mí mismo una especie de auditoría, para intentar ver cómo nos concibe el mundo actualmente y para hacerme una idea de si los que se han visto expuestos a estas historias han sido influenciados y en qué medida nuestra presentación de los hechos les ha permitido sacar sus propias conclusiones sobre este tema.
¿Y sabes qué? Hemos descubierto que todas las alegaciones falsas hechas por los consumidores que solo toman en cuenta los hechos no han dado frutos. Ya te puedo escuchar decir: “¡demuéstramelo!”.
En primer lugar, hace un año, la empresa de investigación más importante del mundo, Gartner, lanzó un nuevo proyecto de investigación (Gartner Peer Insights) para analizar cómo valoran los clientes a las marcas. Muy simple, pero muy útil: se recopilaron las valoraciones de clientes corporativos y, durante el proceso, los analistas de Gartner realizaron comprobaciones para asegurarse de que no hubiera preferencias de los proveedores, sin intenciones ocultas, ni troles.
El año pasado, gracias a las valoraciones de los clientes corporativos, ¡ganamos el premio más importante del proyecto! Los resultados de este año no están todavía, pero puedes comprobar por ti mismo la gran cantidad de clientes que han querido contar a Gartner su experiencia con nosotros y dejar sus puntuaciones generales y sus valoraciones positivas. Es un trabajo bien hecho, se trata de empresas confirmadas de diferentes tamaños, perfiles, geografía y calibre.
Por cierto, hablando de geografía, resulta que la actitud puede cambiar dependiendo de la zona geográfica.
Como, por ejemplo, en Alemania la cuestión de la confianza en las empresas se toma muy en serio. Por ello, la revista WirtschaftsWoche publica regularmente su investigación sobre el nivel de confianza en las empresas después de sondear a más de 300.000 personas. En la categoría de “software” (es decir, ni antivirus ni ciberseguridad), estamos en un cuarto puesto y el nivel general de confianza en Kaspersky Lab es alto (más alto en comparación con la competencia directa, sin importar su país de origen).
¿Qué pasa cuando los gobiernos utilizan los hechos para decidir si confiar en una compañía o no? Por ejemplo, la semana pasada el Centre for Cyber Security de Bélgica investigó las informaciones relacionadas con KL y descubrió que no corroboraban las alegaciones contra nosotros. Ante esto, el primer ministro de Bélgica anunció que no hay ningún dato técnico objetivo (ni siquiera en investigaciones independientes) que indique que nuestros productos puedan suponer una amenaza. Yo añadiría que, teóricamente, podrían suponer una amenaza, pero al igual que cualquier otro producto de ciberseguridad de otra empresa o de otro país. Ya que, en teoría, cualquier producto tiene vulnerabilidades técnicas. Si tenemos en cuenta nuestros esfuerzos por la transparencia de nuestra tecnología, podría decir que nuestros productos suponen una amenaza inferior que cualquier otro producto.
A voice of reason: Prime Minister of Belgium @charlesmichel says ‘No’ for politically motivated software restrictions against @Kaspersky.
No facts of any wrongdoing. Instead – clear commitment to cooperate & industry-leading practices for transparency.
https://t.co/oCzFNf31sK— Eugene Kaspersky (@e_kaspersky) October 31, 2018
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