El viajero, cansado después de un trayecto aparentemente interminable, normalmente, opta por un cuerpo de agua para intentar descansar, relajarse y hacer la transición de zombi a algo que parecido un ente viviente, lo más normal sería una ducha, un baño o incluso una sauna con su piscina de agua fría.
Pero sólo en Japón se pueden apreciar los efectos ultra-relajantes de un ryokan, una mezcla perfecta entre bañarte y tener una experiencia culinaria fantástica para recuperarte en un instante. Y esto es justo lo que me sucedió recientemente en el ryokan Izukogen Hanafubuki en la península de Izu (伊豆) que queda cerca del monte Fuji. ¿Relajado? ¡Ya te digo!
Por si alguno no sabe lo que es un ryokan os explico: es un hotel japonés tradicional, no muy grande con colchones de paja en el suelo llamados tatami, con comida japonesa deliciosa y en algunos casos, aguas termales para relajarse.
Sin embargo, si no eres japonés debes tener cuidado. Necesitas estudiar sobre la cultura japonesa, ya que es muy fácil meter la pata e incomodar a alguien J. Lo mejor es visitar un ryokan con amigos o colegas japoneses para evitar malentendidos. Si vas acompañado por amigos japoneses te pueden guiar y te sentirás como un verdadero japonés, y te podrás recuperar de tu viaje por unos cuantos días, dejando que tus mente y espíritu se repongan junto con tu cuerpo.
La comida y las aguas no son el único bálsamo para el cuerpo y la mente que encontrarás aquí: los cerezos están brotando, hay casitas de campo pintorescas, caminos encantadores y una abundancia de flora y fauna. Es realmente hermoso.
Seguir leyendo:Japón, lugar perfecto para descansar.