Julio 2, 2013
Emulación y exterminación
En primer lugar, rebobinemos un segundo:
No es posible garantizar una protección al 100%. Probablemente, ya seréis todos conscientes de ello. De hecho, incluso los antivirus más fiables, a veces, fallan ante los ataques de profesionales. Esto no son buenas noticias, pero, la situación puede ser aún peor si tenemos un antivirus de baja calidad porque el malware podrá hacer de las suyas con mayor facilidad.
Si quieren, los cibercriminales pueden hackearlo todo; afortunadamente, estos “ciber-Moriarty” escasean. La mayoría de los delitos los comenten programadores corrientes que, seducidos por la avaricia, piensan que pueden con todo (¡ya les gustaría!). Estos oportunistas no poseen la habilidad suficiente para hackear las defensas más avanzadas, pero son capaces de introducirse en ordenadores desprotegidos o con una mala solución de seguridad; los cuales, seguramente, terminarán uniéndose a la lista de equipos infectados del mundo.
La lógica de todo esto es muy sencilla:
Cuanto más robusta es la protección, mayor es la defensa. A su vez, cuanto más profesional es el ataque, más defensas podrá sortear.
Hoy en día, con 2,5 billones de internautas o, mejor dicho, de posibles víctimas, la lógica sigue los siguientes razonamientos económicos:
Los criminales no necesitan hackear un contenedor súper mega seguro, especialmente cuando la información almacenada en él suele ser bastante peligrosa, extraña y espeluznante (mejor ni conocerla). Es más barato y fácil atacar a objetivos más sencillos como la red del vecino; ya que su sistema de protección es menos robusto y es más factible llegar hasta el botín.
Entonces, ésta es la situación: un hacker medio no tiene motivos suficientes para organizar y realizar un ataque profesional. Tampoco tiene sentido, cambiar de objetivo y dirigirse contra equipos Mac en vez de Windows. Es más efectivo bombardear a tantas víctimas como sea posible en una campaña que no acarree demasiados quebraderos de cabeza o esfuerzos.
Cuanto mejor sea la protección, menos interesante será para los chicos malos. Incluso ni se preocuparán de atacarla, simplemente buscarán a otra víctima más vulnerable.
Ahora, permitidme que os hable sobre una función que estropea la fiesta a los cibercrimiminales y les obliga a buscar a otros equipos que carezcan de dicha herramienta. Es la hora de que sepáis más sobre la letra K de la barra de tareas y cómo protege frente a futuras amenazas a través de la emulación.