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Ahora ya conoces mi historia: Viajo mucho por trabajo. En mis viajes, si me queda algo de energía, alguna noche en el hotel o incluso después, o volando de regreso a casa, comparto (principalmente) con vosotros mis impresiones que no tienen nada que ver con los negocios, queridos lectores de este blog. Algunas veces quedo exhausto; ya sea por una agenda de negocios muy comprometida, o por visitar muchos lugares en muy poco tiempo.

En épocas como esta, como casi siempre viajo acompañado, algunas veces le paso las riendas del blog a alguno de mis acompañantes, que también tiene ojos, y seguramente también tiene una cámara mejor que la mía. Ellos también disfrutan escribiendo sus pensamientos e impresiones de los viajes.

Una de tales ocasiones fue recientemente, después de una caminata a medianoche en la capital Islandesa. Y no porque estuviera muy cansado, sino que esta vez tenía trabajo que hacer muy pronto a la mañana siguiente. De cualquier forma, por la razón que fuera, esto es lo que DZ tiene que contarnos sobre las noches de verano en Reykjavik…

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Reykjavik se encuentra 64 grados al norte del Ecuador; igual que Alaska o Arkhangelsk en el norte de Rusia. Y sí ¡hace frío! El lugar reúne todos los fenómenos atmosféricos asociados con esta latitud alta al norte. En mi humilde opinión, el más interesante de estos fenómenos atmosféricos es justo en verano, lo que se conoce como Noches Blancas: cuando el sol no se pone realmente toda la noche y nunca baja al horizonte por estar tan al norte.

Aquí en Reykjavik las noches son más cortas y más blancas que en San Petersburgo, cuya latitud es 5 grados más baja. Así que no hubiera sido lo correcto, no hacer una caminata por la ciudad, con cámara en mano en nuestra primera noche. Por lo tanto hicimos lo que habtanto hicimos

Totalmente cierto: una caminata nocturna sin prisa por Reykjavik en julio es… incomparable (además de otras ciudades en el paralelo 64 supongo). Probablemente también es asombroso en diciembre, pero tendré que descubrirlo más adelante.

Reykjavik tiene una población aproximada de 120.000 habitantes (200.000 incluyendo los alrededores de su región). La ciudad es el corazón de la actividad cultural, económica y gubernamental de Islandia.

Las temperaturas de Reykjavik no suelen bajar de -15º (5ºF) durante el invierno porque el tiempo de la costa islandesa está moderada por la corriente del golfo.

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Seguir leyendo:LAS NOCHES BLANCAS DE REYKJAVIK

Llegamos al penúltimo tramo de la encantadora isla de Islandia; Concretamente viajando por tierra a través de caminos complicados y lejos de tierra firme, ¡Claro! en un helicóptero.

En sólo cuatro días hemos recorrido más de mil kilómetros en Islandia y estos momentos fueron todo menos aburridos. De un lugar a otro de particular interés, se suman cientos lugares más excepcionales con paisajes ridículamente perfectos, compuestos de diversos volcanes, acantilados, glaciares, cascadas, campos de color gris-oscuro de restos volcánicos y campos de lava cubiertos de altramuz lila o verde, además de deslumbrantes amaneceres, con ovejas y caballos … en definitiva, ¡un auténtico espectáculo para la vista!

La longitud total de la Carretera de Circunvalación es de 1332 kilómetros (828 millas)

El anillo islandés cruza varias llanuras fluvio glaciáricas, las cuales están sujetas a frecuentes inundaciones.

Seguir leyendo:Fuera de pista y de tierra firme en Islandia

Amigos, vámonos a la Islandia glacial…

Actualmente, los glaciares de Islandia no son los más grandes del mundo pero en su conjunto, con las vistas a los grandes glaciarles, los lagos con icebergs y la fuerza de la naturaleza es todo… en resumidas cuentas, bastante fascinante.

Durante nuestra estancia en la isla visitamos dos glaciares. En primer lugar: Langjökull (aquí).

¡Aquí fue donde me monté por primera vez en una moto de nieve! Debo decir que me esperaba un viaje sencillo y cómodo deslizándome por la nieve… pero hacerlo a más de 50km/h en nieve húmeda y polvo no fue ni cómodo ni fácil.

Hay dos pistas montañosas en Langjökull pero no utilizamos ninguna de ellas. ¡Condujimos con móviles de nieve!

Langjökull es la segunda capa de hielo más grande de Islandia después de Vatnajökull.

Seguir leyendo:Un día glacial en Islandia

Todo el mundo tiene una idea básica de cómo está construido nuestro planeta, incluso los niños de primaria. Es algo parecido a esto: en el centro del planeta se encuentra el núcleo; luego está el manto, y en el exterior está la corteza dura, en la que tú te encuentras leyendo este blog.

Pero la corteza terrestre no es una sola pieza entera, sino que consta de placas tectónicas que flotan en su mayoría de manera imperceptible en la superficie del magma. Y flotan alrededor en direcciones diferentes – entre ellas, perpendicularmente, o lejos las unas de las otras. Es decir, que convergen, se rozan entre sí o divergen unas de otras. A lo largo de los bordes de las placas hay terremotos con frecuencia así como todo tipo de actividad volcánica. Para los interesados, podéis echar un vistazo a los enlaces de arriba.

Donde convergen las placas se encuentran las montañas, los volcanes y las características asociadas a la tierra firme. Estamos hablando de: Japón, Kamchatka, las islas Kuriles, las islas Aleutianas, los Andes, la Cordillera, el Himalaya, etc. Los lugares donde las placas divergen habitualmente están en el fondo del mar, visibles en mapas con suficente calidad y detalle: aquí, bajo el Atlántico, por ejemplo, se encuentra la Dorsal Mesoatlántica. Es aquí donde las placas tectónicas se alejan una de la otra, dejando un espacio suficiente entre ellos para llenarse de magma.

Uno de los pocos lugares en los que esta divergencia de placas se produce en la tierra es Islandia: se sitúa a lo largo de la costura entre las placas de América del Norte y las de Eurasia. La primera se mueve siempre lentamente hacia el oeste, y la última lentamente hacia el este – a una velocidad de 2 cm al año. Es decir, el ancho de Islandia aumenta dos centímetros cada año (sin tener en cuenta la erosión costera o, todo lo contrario, la expansión de la masa de la tierra a causa de las corrientes de lava). 2 cm al año – que son dos metros en un siglo, 20 metros en un milenio, 20 kilómetros en un millón de años. Así que, si todo sigue así, en 200 millones de años Islandia llegará a tener la longitud de Chile, y en 300 millones de años – ¡la longitud de Rusia!

Desde donde mejor se observa la grieta en el suelo a lo largo de la línea de la falla en Islandia es en Þingvellir (Thingvellir).

Hay una grieta irregular y escarpada de cinco kilómetros de longitud que atraviesa el paisaje, además de un bonito lago. Así es como se ve:

Esas montañas del horizonte están en Europa. La foto se hizo en Norteamérica, y toda la tierra que nos rodea es la brecha entre las dos placas tectónicas – Eurasia y América del Norte.

Seguir leyendo:Tectónica islandesa