Abril 29, 2015
¡Quietos todos, esto es un atraco!
Las startups son arriesgadas y tardan en coger fuerza: requieren mucho capital inicial, un talento para la pronosticación y para saber qué inversiones tendrán buen rendimiento. Pueden tardar años en coger ímpetu y sólo un 5% (o menos) de ellas tiene éxito.
Comúnmente las startups han sido financiadas por inversores pero ahora hay una nueva tendencia. Ahora se preguntan: ¡¿Para qué me estreso con todo el riesgo de una startup si puedo invertir en un troll de patentes?! ¡Es fácil! Uno de los inversores que piensa así es Bentham IMF (no os doy el enlace porque no quiero ayudar por nada del mundo a IMF en su posicionamiento en los buscadores… y si queréis encontrarlos, no será tan difícil).
Es una cuestión de matemáticas simple: digamos que el financiero invierte de uno a diez millones de dólares para un caso de patentes (de bajo riesgo) contra una empresa bien millonaria… esto puede proporcionar un resultado de diez a cien millones de dólares (o sea que buscan multiplicar su inversión por un factor de diez). El hecho es que los trolls de patentes, aunque pierdan, en Estados Unidos nunca pagan nada a la otra parte. Resulta que el porcentaje promedio de casos que reciben indemnizaciones por daños, o que llegan a un acuerdo extrajudicial favorable para los trolls, es de hasta un 99%… una estrategia de inversión con resultados prácticamente garantizados.
¿Para qué molestarse con la innovación? Es más fácil “invertir” dinero en pequeños trolls de patentes para que extorsionen demanden a los verdaderos innovadores. Es una maravilla, es el sueño americano pero al revés., es más ¡el nuevo sueño americano patentado! Sí, hay una base legítima para este tipo de extorsión oficial: el apoyo de la ley, justicia universal y el castigo de todos los despreciables infractores. No importa cuánto se hable de lo que hacen y del sistema, no se puede negar el simple hecho que un troll es un troll.