Suiza en temporada baja y con niebla

“Es un desierto circular el mundo,
el cielo está cerrado y el infierno vacío”.

– Octavio Paz, Elegía interrumpida

Me acordé de estos versos del poeta mexicano durante mi último viaje en el que recorrí Suiza. Debo decir que no esperaba que la temporada baja fuese tan baja. ¿A qué me refiero? Las calles estaban prácticamente desiertas y los hoteles vacíos. Pero, por supuesto, el verano hace mucho que se ha esfumado y todavía quedan bastantes días para que empiecen  las Navidades y la temporada de esquí.

De hecho, todo se volvía aún más tenebroso cuando bajaba la niebla:

No cabe ni una alfiler…

¡Por fin, alguien!

Abarrotado, ¿verdad?

Para enseñaros que no todo es tétrico y triste en diciembre, os dejo un par de fotografías del mismo lugar en otro momento del día, temprano en la mañana:

Encantadores…

Llegamos a Suiza después de recorrer 800 km y el viaje hubiese sido mucho mejor si hubiésemos podido ir un poquito más rápido, necesitábamos velocidad, pero, obviamente, no fue posible. Había tanto tráfico y, a veces, no se podía ver ni un palmo de la carretera por la niebla.

¡Ups! En las fotos solo se ve la niebla y nada de tráfico… ¡Creedme que sí que había!

Cuando estábamos en ruta pasamos (qué pena que no teníamos tiempo suficiente para parar) por el Museo de la Automoción y la Tecnología de Sinsheim. El único sitio del planeta donde se exponen, al mismo tiempo, un Concorde y un Tupolev Tu-144, uno al lado del otro. Por cierto, no os he dicho que la localidad de las fotografías es Lucerna (no confundir con Lausana), el resort turístico por excelencia de Suiza. Hicimos una parada en esta localidad en nuestro camino hacia Italia, sobre lo que os hablará muy pronto…

¡Hasta la vista!