Funicular de Wiesbaden: ¡qué inteligentes estos alemanes!

Pocas veces me cruzo con algo que es a la vez muuuuy sencillo pero también muuuuy increíble y sorprendente. Por ejemplo, el funicular de Wiesbaden, Alemania.

A primera vista sólo son dos vagones subiendo y bajando una pequeña colina: sencillo. No obstante, observándolos con más detenimiento descubres que estos vagones no fueron construidos precisamente el siglo pasado… No, en realidad se construyeron en 1888, ¡increíble! ¿Y el motor que utilizan?… No, ¡no hay motor! Los vagones suben y bajan la colina usando solo la gravedad y otra fuente de energía natural, el agua. ¡Todo esto es sorprendente!

Así funciona el “funicular mágico” de Wiesbaden: en la cumbre de la colina, un tanque que se encuentra debajo del vagón se llena de agua, al mismo tiempo que al vagón que está abajo tiene el tanque vacío. En ese momento, ambos vagones sueltan los frenos, y solo con la fuerza de la gravedad, el que está en la cima impulsa al que está abajo hacia arriba, y el ciclo se repite hasta el infinito. ¡Sencillamente ingenioso! ¡No sabía que existía algo así!

Ingeniería alemana del siglo XIX

En general, conocer la historia de los tranvías de colinas ha sido coser y cantar, no obstante…

Encontré por ahí en Internet que la introducción del sistema de llenado de los tanques tardó mucho tiempo. Como el agua se congelaba, los funiculares se volvían inoperativos en invierno. Por eso, se retiraron los tanques de agua de muchos de los funiculares y se intercambiaron por poleas. Pero no éste, que es uno de los cuatro que aún mantienen el sistema de propulsión por agua/gravedad. Los otros están en Portugal, Reino Unido, y Suiza. Curiosamente, en Rusia teníamos uno, en Nizhny Novgorod.

Al llegar a la cima de la colina no hay mucho que hacer; un claro ejemplo de cómo a veces el viaje en sí es mejor que el propio destino. Las vistas de la ciudad son algo aburridas y llanas, en todos los sentidos de la palabra. No obstante, el ascenso en el funicular mereció sin duda la pena.

Decepcionante

LLano, pff…

Pero, lo último que ví fue… la Torre Eiffel 🙂

Otras cosas interesantes de Wiesbaden (no hay muchas) son: un casino donde Dostoyevsky se gastó todo su dinero y el de sus novias en el siglo pasado. Esta terrible experiencia se convirtió en aquel momento, en la inspiración de su siguiente novela. ¿Adivinas cuál? Sí, El Jugador.

Y éste es el casino en cuestión, rodeado de niebla:

¡Y eso es todo! Todo lo que hay interesante en la ciudad. Es tranquila, pacífica, alemana, un poquito aburrida. ¿Me olvido de algo? Amigos/lectores alemanes podéis hacer comentarios al respecto.

Aún nos quedaban un par de horas, así que para matar el rato, mi compañero de viaje A.Sh y yo nos metimos en un coche y nos fuimos a Luxemburgo. Como sabrás, es un país diminuto. ¿Qué más conoces? ¿Nada? Resulta que hay bastantes cosas interesantes en este lugar…

Luxemburgo es un lugar tranquilo y pacífico, sin escándalos llamativos que le hagan salir en los periódicos de todo el mundo. Si lo miras así, es un poco aburrido, parecido a Wiesbaden.

Por un lado, su tamaño es microscópico, (80 km de arriba a abajo y 50 km a lo largo) y por el otro, es el país con el PIB más alto del mundo. Un país de verdaderos contrastes.

Así que si eres una persona a la que le gusta que las cosas estén limpias y ordenadas, tranquilas y regulares, ven a Luxemburgo.

Personalmente, ya puedo tachar un país más de mi lista de lugares por visitar. ¡Un éxito!

Adiós Lux, espero verte pronto de nuevo.

//este es el tercer país nuevo que visito este año. Kazajistán y Nepal fueron los otros dos.

Puedes encontrar el resto de las fotos aquí.