Mónaco silenciado

Pasión, velocidad y el sonido de los motores…

Bueno, al menos eso esperas de la Fórmula 1. ¿Pero ver un Gran Premio en directo?… Tengo que decir que, francamente, no tiene mucho sentido.

Los coches de carrera pasaban tan rápidos que te los podías perder si parpadeabas justo en ese preciso momento. Tiene más sentido verlo todo en la tele – donde tienes la ventaja de disfrutarlo a través de una grabación con múltiples cámaras filmando cada momento de la carrera. Además el tema es que puedes ver la tele en cualquier lugar del mundo. Pero lo máximo es cuando poder disfrutar de lo mejor de ambas cosas: ver la carrera en una pantalla colocada a pocos metros del circuito.

Observas la carrera en la pantalla, te giras para compararlo con la realidad, vuelves a la pantalla, y estás así durante todo el tiempo de la carrera. De este modo participas de verdad en lo que está pasando. Lo más chulo es observar la carrera desde boxes, donde se sitúa el equipo técnico y ver cómo las pit stops se realizan en un abrir y cerrar de ojos (¡así que nada de parpadear!)

Pero sólo hay dos formas de ver un Gran Premio desde boxes:

La primera, si eres uno de esos técnicos que cambian los neumáticos en tres segundos; o sea, eres un bio-robot hiperespecializado que se ha entrenado toda su vida para esos ocasionales tres segundos. Esos equipos técnicos suelen estar sentados en sillas plegables, viendo la carrera a través de las pantallas esperando las órdenes del mánager. Como he dicho, esa sería la primera opción.

La segunda opción: ver la carrera – en pantalla – desde los propios boxes, pero siendo uno de los pocos espectadores afortunados a quienes se les ha permitido que estén de pie apoyados contra la pared de boxes (sin estorbar a las personas que llevan monos). Pero estar de pie durante 90 minutos viendo la carrera en una pantalla… tampoco es tan guay.

Básicamente, lo mejor es cuando puedes tener un poco de todo, combinando el zumbido de la carrera con el reportaje detallado en pantalla y, también, visitar los boxes y las pit stops, estar en la parrilla de salida y también cerca del podio para la ducha con champán de los campeones. Sí, así es como hay que hacerlo. Te lo aseguro :). Y sí, supongo que he tenido suerte.

Algo de lo que no deberías prescindir es de contar con un entusiasta de la Fórmula 1 que explique a los debutantes qué es lo que de verdad está pasando en el circuito. ¿Por qué y cómo ese coche va más rápido? ¿Cómo se hace una parada súper rápida en boxes?

Pues… ahí estábamos, justo al lado del circuito, con una pantalla y las explicaciones de un experto: todo estaba listo…

¡Qué empiece la pasión por la velocidad!

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Cómo perdí mi vuelo

Yo soy un matemático.

Así que, basándome sólo en los números – y teniendo en cuenta la frecuencia con que vuelo de un lado a otro – la verdad es que no me sorprende: tenía que pasar en algún momento – ¡he perdido mi vuelo!

Esto sólo me había ocurrido antes una vez– en mayo del 2010, llegando al final de una de mis habitualmente largas vueltas al mundo. Yo… me relajé demasiado en una conferencia en Chipre, confundí las “20:00” con las “02:00” o algo por el estilo y, claro llegué tarde. El vuelo había salido sin mí. Eso fue en Limasol, de camino a Tokio. Al final pude coger otro vuelo al día siguiente.

Por tanto, puedo decir que ya he perdido dos vuelos en mi vida. ¡Aún así, sigue siendo una cuota bastante buena considerando que vuelo cientos de veces al año!

Esta vez llegué tarde a mi vuelo de Londres a Niza, en Francia. ¿Y cómo me las arreglé para llegar tarde?

Pues, debido a una equivocación muy extraña, no me fijé bien en el papel donde tenía apuntados los datos de mi vuelo y en lugar de decirle al taxista londinense que me llevara a la Terminal 5, ¡le dije que fuera a la Terminal 4! Cuando me di cuenta, al llegar a la terminal, cogí el Heathrow Express para ir a la T5 – pero tardé 40 (!) minutos (¡debería haber cogido un taxi!).

Esto sumado al viaje desde el centro al aeropuerto, que me llevó 80 minutos (Londres + Sábado = atascos). ¡Debería haber cogido el metro! El lunes siguiente era, además, festivo nacional, así que seguramente había incluso más tráfico de lo normal. ¡Y salimos del hotel con bastante tiempo! Aún así, mi confusión con las terminales decidió el destino de ese día. Llegué tarde. Perdí el vuelo. :-/.

¡Pero qué sorpresa más agradable! Resultó que una hora después, otro vuelo iba a salir a Niza “para aquellos que habían perdido el primero” ( :%)). Tuve que correr para llegar a ese – y no me refiero a caminar rápido, sino literalmente a correr. Pero este esfuerzo fue en vano. El avión permaneció en tierra otra hora, ya que Heathrow también estaba registrando mucho tráfico (¿quizás también por el festivo?) Un atasco de aviones. Resumiendo, no fue mi día. El día siguiente, por suerte, fue mucho mejor…

Aeropuerto Londres

Aeropuerto Londres 2

Nos vemos mañana… ¡Au revoir!

Alergia al piolet

¡Hola a todos!

Un hombre sabio sube el Monte Fuji una vez en su vida, sólo un necio lo sube dos veces.

 ~ Una joya de la sabiduría tradicional japonesa

Estoy de acuerdo: estar en Japón y no subir a la montaña más hermosa del país – eso simplemente es absurdo. Pero volver a hacerlo también es bastante loco. ¿Me pregunto si una tercera subida podría contrarrestar la locura? ¡Espero que sea así, porque el sábado pasado culminé mi segundo ascenso al Fuji!

Mount Fuji Japan¡El Fuji desde abajo…

Mount Fuji Japan…y desde la cima!

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Una capital que se está volviendo verdaderamente grande

Cuanto más vuelvo a Londres, más me gusta…

La primera vez que estuve aquí fue en 1992. Pero entonces, y durante los años siguientes, nunca me impresionó demasiado la ciudad, nunca me sentí muy a gusto. Arquitectura imperial severa e imponente, el horrible tráfico interminable, demasiadas personas en las aceras, el sucio Támesis… uf, no era agradable.

Pero entonces empecé a ver cómo la ciudad cambiaba poco a poco, año tras año. Resolvieron en gran medida el problema de la congestión de tráfico en el centro de la ciudad, ayudado por la introducción de un sistema de bicicletas compartidas (‘Boris Bikes‘). Estructuraron los enbankment, limpiaron el Támesis, y agregaron un Gherkin, un Cheesegrater, un Walkie-talkie y un Shard entre otros encantos arquitectónicos progresistas. Luego llegó el London Eye, después los Juegos Olímpicos… Hace dos décadas, el lugar era completamente diferente: sombrío, triste y aburrido. ¡Ahora es todo lo contrario: alegre, acogedor y animado!

Por supuesto, la apertura de nuestra oficina nueva, por fin terminada y en funcionamiento, hace que el sitio sea aún más un hit. Alrededor de 150 empleados de KL estarán trabajando aquí, promoviendo la lucha para mantener un ciberespacio seguro y pacífico. Tengo que decir que les tengo un poco de envidia porque lo tienen todo: una ciudad genial, una oficina genial, un trabajo genial. 🙂

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Vida en la Isla

Hoy me gustaría escribir sobre otros sitios en Hawái que me gustaron y que me impactaron.

Por alguna razón, le tomé cariño a un lugar llamado Waikoloa en la Costa Oeste de la Isla Mayor.

Es una pequeña ciudad (bueno, más bien un pueblo) con hoteles, playas y pequeñas casas, construida en medio de un enorme campo de lava que apareció a mitad del siglo XIX. La parte Oeste de la isla es seca y rocosa, mientras que la parte Este es húmeda, cubierta por selva y ciénagas. En la seca Costa Oeste, las corrientes de lava se han quedado desiertas durante más de 150 años, sin ver nunca algún tipo de vegetación. Pero entonces vino un hombre y decidió construir una ciudad-jardín en este desierto. Dicho, invertido y hecho, logrando una maravilla impresionante (y muy fotogénica). Aquí lo puedes ver tu mismo.

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Un gran volcán en una gran isla

Las islas Hawái están formadas por una cadena de volcanes activos y extintos, así que hay bastantes manifestaciones de actividad volcánica diferentes, como cráteres, calderas, corrientes de lava, salidas de vapores sulfúricos u otras características naturales del subsuelo. Sin embargo, hasta ahora no se ha encontrado ni un único géiser, ni fuentes termales… Esto es raro, dado la cantidad de precipitaciones y los muchos ríos que se pueden encontrar – debe de haber algunas fuentes por aquí. Pero no las hay.

Hawaiian volcanisms

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Aquellos nacidos para nadar no pueden volar

“Aquellos nacidos para arrastrarse no pueden volar, pero a veces los bastardos pueden arrastrarse a gran altura”, es una paráfrasis muy libre de una frase revolucionaria.

Abre tus ojos y quédate boquiabierto, porque hay un pez en este mundo nuestro que a veces vuela a una altura de 100 metros o más. El O’opu vive en Hawái, en el arroyo de Kolekole y en las cataratas de Akaka, de 130 metros.

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Viajecito a Hawái

¡Aloha a todos!

Ahora me está entrando un bajón después de mi visita a la Isla Grande del Archipiélago de Hawái. Qué lugar maravilloso, con su clima agradable, océanos cristalinos, volcanes inquietos, hermosas junglas y panoramas increíbles. No sabéis la mezcla de emociones que sentí durante esos días. ¡Aloha Hawái y mahalo Hawái! 🙂

Ya dentro del avión os dais cuenta de que no es un estado americano al 100% (aunque de hecho se trata de estado nº 50 de EE.UU., el último que entró a formar parte de la Unión en 1959). En lugar del habitual thank you al final de esos mensajes muy molestos de la tripulación, las azafatas dicen “aloha and mahalo” como para recordar que en realidad no estamos llegando a un estado totalmente americano. Es que aquí hay algunas diferencias y las notaréis. Así que… get ready, ¡preparaos!

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3, 2, 1… ¡despegue!

¡Por fin! Otro sueño hecho realidad: ¡asistir al despegue de una nave espacial! ¡Wow!

Despegó la semana pasada desde el cosmódromo de Baikonur en Kazakstán y durante el fin de semana ya había llegado a la Estación Espacial Internacional y se había anclado a ella. La tripulación estaba compuesta por dos rusos y un americano; tal vez esto explica porque en la ciudad y en nuestro hotel se escuchaba mucho el acento estadounidense.

Asistimos al despegue a un par de kilómetros del sitio, que puede parecer una distancia muy grande pero no lo es. No es como ir a un concierto de U2 en un estadio y elegir los asientos que están más lejos, eso sería sólo una pérdida de tiempo y dinero. La experiencia de Baikonur fue absolutamente increíble. La potencia del cohete se notó en toda la zona de alrededor, parecía como si la tierra hubiera empezado a temblar justo en el momento del despegue. Absolutamente desconcertante.

Baikonur Space Launch CenterLa presencia de la punta indica que dentro hay tripulación; si el cohete no tiene punta, significa que se trata de una misión sin tripulación, controlada de forma remota

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