Noviembre 13, 2014
Irlanda al ritmo de Atom Heart Moher
Para los que ya hayan estado en Irlanda, cuando les pregunten qué es lo que se debe visitar o lo que se tiene que hacer, deben responden los acantilados de Moher, aparte de la fábrica de Guinness, claro. Hasta en Internet dice que es una parada obligatoria, ¡no sólo de Irlanda, sino de toda Europa! Puede parecer excesiva esta afirmación, pero tal vez tengan razón…
Esta zona de Irlanda es impresionantemente hermosa.
Son 200 metros de acantilados auténticos frente al “charco”, también conocido como el Océano Atlántico. Impresionante con esas olas que llegan hasta una altura equivalente a 50 plantas de un rascacielos y aun así te pueden escuchar desde abajo. Son unas olas muy imponentes.
Los Acantilados de Moher en Irlanda son magníficos. No puedes dejar de visitarlos.Tweet
Primero tienes que llegar a los acantilados.
Las carreteras en esta parte del país son estrechas y con muchas curvas, lo más normal en Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda. A los que están acostumbrados a las carreteras románicas rectas, no les gusta, pero a otras personas sí, como a mí. Lleva un poco de tiempo acostumbrarse, pero es como conducir por el lado derecho, con un poco de práctica lo tienes controlado.
¿Has visto pocos arcoíris? ¿Qué tal un arcoíris doble? ¡Tienes que venir a Irlanda! Es muy común verlos por aquí debido a las constantes lluvias.
Por cierto, mi acompañante de viaje A.B me ha dicho que existe la creencia popular sobre una olla de oro al final del arcoíris. ¡Seguro que trae cosechas millonarias! Pero sencillamente no existe el final del arcoíris, ¡desaparece al acercarte!
Pasamos por una calle con tiendas que utilizan la tecnología Hobbit para protegerse de elementos:
El clima que hace en noviembre es ligeramente, aburrido…
El viento sopla increíble por todos lados. En algunos sitios puedes estar parado tranquilamente hasta que llega un viento fuerte a empujarte y luego desaparece dejando una extraña sensación de tranquilidad, mientras que a 10 metros puedes observar la fuerza del viento arrancando áreas de césped y levantando agua de los charcos. ¡Vaya!
La mitad del tiempo está lloviendo. No estaría tan mal si no fuera por el viento que la acompaña para todos lados, incluyendo tu cara. Ocasionalmente sale el sol de entre las nubes, pero desaparece un poco después.
Cuando se aproxima la lluvia y el viento hacia los acantilados, es una locura, así que nos tuvimos que esperar alrededor de media hora hasta que se calmara un poco. Y aún, entonces, debes tener valor para acercarte a la orilla. Si sufres de vértigo, olvídalo. Aunque no sufras de vértigo, ni lo pienses, son 200m de altura, te provoca nauseas. Pero bueno, son condiciones en las que tenemos que trabajar algunas veces.
En la siguiente foto puedes ver un fenómeno muy único: una cascada… ¡subiendo!
La lluvia crea charcos y arroyos que naturalmente su corriente va hacia abajo, cayendo por los altos de los acantilados hasta las rocas de abajo. Sin embargo, el viento es tan fuerte que el agua vuelve a subir a la cima de los acantilados salpicando por todos lados, ¡creando una fuente natural!
Así es como se ve en persona:
Y hay algo más sobre estos acantilados, aunque menos divertido; Los signos de “llama a los Samaritanos”, están por todos lados. Un poco macabro.
Todos los campos de los acantilados son como decía el quinto álbum de la banda británica Pink Floyd “Atom Heart Mother“. Las vacas están libres y sólo tienen cercas que les impiden acercarse a la orilla de los acantilados. ¡Qué vacas tan valientes!
Por cierto, he mencionado el conocido álbum de Pink Floyd de 1970 porque es lo que escuchamos durante todo el viaje.
Al parecer los dientes de león madurarán hasta navidades con estas condiciones climáticas.
Me estoy mareando otra vez solo de ver las fotos. ¿Estuvimos tan cerca de las orillas?
Si tan solo hubiésemos podido ver una puesta de sol allí arriba. Con ese clima puedes esperar sentado. A lo lejos había una pequeña puesta de sol, pero antes de poder tararear la canción “Fat Old Sun“, ya había desaparecido.
Bueno, eso ha sido todo sobre Moher y Mother. Se metió el sol, llegó la noche y el fin del show. En seguida nos fuimos con nuestros sonidos psicodélicos de la canción “Alan´s Psychedelic Breakfast” en nuestro BMW alquilado.
Fotos fantasmagóricas de los Acantilados del Oeste de Irlanda. ¡No mires hacia abajo!Tweet
Puedes encontrar el resto de las fotos aquí.
