Octubre 23, 2013
Doctor por partida doble
բարեւ բոլորին!
Espero que Google Translator haya traducido correctamente “¡Hola a todos!” en armenio. ¿Por qué comienzo mi post en este idioma? He tenido la suerte de viajar a este país tan exótico (para la mayoría de los lectores) por motivos tanto profesionales como personales que, ahora mismo, os desvelaré.
La semana pasada, tuve el honor de recibir a manos del rector de la prestigiosa Escuela Nacional de Ingeniería de Armenia el Doctor Honoris Causa por mi contribución al campo de la seguridad informática.
¡Hurra! ¡Muchas gracias!
Este nuevo título me convierte en doctor en dos países diferentes. Recordaréis que hace un tiempo tuve la suerte de recibir el mismo honor en la Universidad de Plymouth.
¡Perdonad por la primera foto! Solo quería divertirme un poco, a continuación tenéis otras fotografías más apropiadas…
Dejando el tema académico a un lado, me gustaría hablaros del Ararat.
No todo el mundo sabe que el término “coñac” es una marca registrada que pertenece a Francia. Cognac es una ciudad del país galo y solo las bebidas que se producen en la zona puede denominarse de esta manera; el resto reciben el nombre de brandy. Por cierto, este tema puede llevarnos a una discusión muy larga hablando de la prohibición de usar ciertas “marcas” como, por ejemplo, bikini que es un atolón en el Pacífico.
Retomando el tema, el coñac armenio es bastante mejor que el francés en términos de color y gusto (sin mencionar el precio). El aroma tampoco es malo. Además, esta afirmación está respaldada por dos personas que, quizás, conozcáis. La primera es un servidor y la segunda el primer ministro. Y no cualquier primer ministro. Sino… ¡Sir Winston Churchill!
Yo puedo equivocarme, lo admito. Pero Churchill no (bueno, bueno… si no mencionamos la Batalla de Galípoli, claro). Por lo tanto, yo sugiero que el coñac francés se denomine brandy y, en su lugar, se etiquete el licor armenio como coñac. Para así no confundir a los consumidores 🙂
Cuentan los rumores que cuando se le preguntaba a Churchill el secreto de su buena salud y longevidad, éste respondía: “Cigarros cubanos, brandy armenio y nada de deporte”. ¿Os habéis fijado? Lo llamaba brandy… su primer error después de la 1ª Guerra Mundial.
De hecho, durante nuestro viaje a Armenia, seguimos los consejos del ex primer ministro británico: tabaco, coñac y cero deporte. Solamente algo de trabajo en su justa medida.
Además, también visitamos el magnífico Monasterio de Tatev y su teleférico, el más largo de todo el mundo. En la tercera foto podéis ver, marcado con una flecha roja, el final del funicular al otro lado del valle.
Como broche de oro al viaje, puede cumplir mi sueño y visitar el Lago Seván; incluso tuve la oportunidad de darme un baño. El problema es que mientras estaba nadando no podía sacar fotografías y el resto del equipo estaba echando una siesta. Por esta razón, no tengo fotos del lago que enseñaros. No obstante, os dejo estas otras:
¡Muchas gracias por todo! հրաժեշտ!
El resto de las imágenes podéis encontrarlas en mi perfil de Flickr.