Diciembre 5, 2013
Nieve…estoy volviendo a casa
Al final, mi viaje alrededor del mundo ha sido bastante divertido y lleno de etapas:
Moscú – Dublín – Abu Dabi – Canberra y Sydney – Singapur – Austin (vía Nueva York y Dulles) – Riad – Tokyo/Osaka/Tokyo – y ahora: ¡a casa!
La verdad es que esta “ruta” ha sido muy intensa, tuvimos un programa de trabajo muy apretado y casi ni tuvimos tiempo para hacer un poco de turismo. En serio, estoy muy cansado después de este periplo tan largo. Estoy agotado, sin energías, quemado, reventado, hecho polvo, frito, exhausto, K.O… Imaginaos que en el aeropuerto de Narita, ¡casi estuve a punto de dormirme en la cinta que me trasladaba a la puerta de embarque!
Nota:
Normalmente, en el avión, siempre hay una pantalla donde ver películas, programas de televisión etc. A mí, personalmente, me encanta ver la ruta de vuelo y mirar cómo avanzamos poco a poco. Es como el cricket: no pasan muchas cosas, o pasan muy lentamente, pero si luego te distraes no te enteras de nada.
Me he dado cuenta de que mi compañero A. Sh. (después de revelar su alma japonesa) tiene gustos, digamos, más “tradicionales”: le he pillado viendo un programa que se llama “Bellezas rusas” (sin comentarios). Creo que él también está muy estresado, no está acostumbrado a este ritmo de vuelos y trabajo, y es algo a lo que no te acostumbras fácilmente. Lo siento por él y le deseo mucho éxito, fuerza y suerte. ¡Gracias!
Volvemos al aeropuerto de Narita. Es muy curioso pero en medio del aeropuerto hay una granja, en una zona protegida con vallas donde aterrizan y despegan los aviones. Algún habitante de la zona tan testarudo que no ha querido vender su tierra a las autoridades, ¡y entonces no tuvieron más remedio que construir el aeropuerto alrededor! Una familia todavía vive ahí y sigue tranquilamente con su existencia. Han construido unos túneles debajo de las pistas de aterrizaje para que estas personas puedan salir y entrar cuando quieran. Y los ciudadanos enfadados de la zona han pegado carteles en la valla con “Maldita Narita” y otros mensajes pocos agradables. Eso me recuerda a otra granja que se encuentra entre las dos calzadas de la autopista M62 en el Yorkshire del Oeste. Pero… en serio, ¿cómo se puede aguantar respirando día y noche toda esta contaminación? Es como tirar piedras contra tu propio tejado, de verdad.
Y fuera de la ventanilla… ¡Rusia! Otras ocho horas más y estaré en la nevada Sheremetyevo. Y luego otras dos horas para llegar a casa.
Bueno, vuestro guía personal alrededor del mundo se despide. Buenas noches a todos, que Dios os bendiga.