Junio 18, 2014
Un rally retro para nuestros Partners
A todos aquellos conductores moscovitas que se hayan visto retenidos recientemente en una soleada tarde por una armada de automóviles retro pasando lentamente a lo largo de la autovía y la avenida Leningradsky, ¡LO SIENTO! Éramos nosotros, Kaspersky Lab, preparando algo lujoso y clásico para nuestros queridos compañeros de todo el Este de Europa.
Pero, ¿de qué va todo esto?
Pues bien, este año decidimos que nuestra Conferencia Anual Europea de Partners tendría lugar en Moscú, renunciando a uno de esos lugares exóticos a los que estamos más acostumbrados. ¿Y por qué no? Moscú también puede ser exótico: sólo requiere de un extra más de planificación.
Así pues, tuvimos alrededor de 100 invitados procedentes de todas partes, desde Portugal a Alemania y desde Noruega hasta Italia. No está mal si lo comparas con el tamaño de nuestra primera Conferencia Internacional de Partners – también en Moscú -, hace 14 años.
El laboratorio anti-malware, siempre el favorito de los visitantes
Pero como dicen los ingleses, tanto trabajar y nada de jugar llegan a convertir a Antonio, Pedro, Dagmar y Birgitte en chicos y chicas muy aburridos. Así que, como digo yo siempre, “work hard, play hard” …Trabaja duro pero también, ¡diviértete!
Así que después del bla-bla oficial decidimos darle un poco de glamour a las cosas con la ayuda de una flota ecléctica de coches clásicos, algunos de los cuales está a punto de cumplir el siglo. Así que tuvimos un BMW 326 del año 1936, un Cadillac Eldorado (1959), un Silver Shadow Rolls-Royce (1967), un Chrysler DeSoto (1936), un Chaika Soviética (1977), y muchos otros clásicos de cuatro ruedas…
Cuando esta flota de fósiles de cuatro ruedas se presentó en el parking de la oficina, se paralizó el trabajo, lógicamente: todo el mundo salió fuera a hacerse fotos.
También necesitábamos algo moderno y rápido para los fotógrafos (mira abajo)
Organizamos un cursillo de orientación con los coches retro. Conseguimos el permiso necesario de la policía de tráfico para poder organizarlo y dividimos a todos nuestros socios en grupos, a los que dimos unas pistas clave para conseguir que llegaran a su destino a través de varios puntos de control repartidos por toda la ciudad, aprovechando el trayecto para disfrutar de las vistas de la capital. Con un día claro y caluroso, y con bastante menos tráfico del que habitualmente suele haber en Moscú, ¡tuvimos las sonrisas garantizadas!.
El edificio con las columnas es el teatro Bolschoi, y las caras sonrientes en el coche: justo lo que buscábamos 🙂
Así que, un curso de orientación en coche – ¿sencillo verdad? No del todo…
Hubo bastante caos por las calles de Moscú, al estilo del inglés en Nueva York que cantaba Sting: algunos de nuestros amigos del extranjero no tenían experiencia de ningún tipo en conducir por Moscú – ¡y sólo uno había hecho un cursillo de orientación parecido antes! Al final se restaron varios puntos por ‘exceso de velocidad’ y otras infracciones… En definitiva, no fue un juego de niños para la mayoría.
Die Rallye startete von unserem Büro, wobei die Autos den Startplatz in Ein-Minuten-Intervallen verließen. Die Rallye dauerte etwa drei Stunden und ging über etwa 50 Kilometer – die durchschnittliche Geschwindigkeit lag also bei etwa 16 km/h!
La parrilla de salida improvisada
El rally empezó justo en nuestra oficina, con los coches abandonando la parrilla de salida a intervalos de un minuto. El rally en sí nos llevó cerca de tres horas, con un recorrido de 50 kilómetros – alcanzando un promedio de alrededor de ¡16 km/h!
Desde fuera, estos coches clásicos encerados y pulidos parecían mucho más fascinantes que desde el interior. O al menos eso me imagino, ya que no pude participar.
Durante el camino, los motores se recalentaron y algunos coches se estropearon, aunque fueron rápidamente sustituidos por otros de repuesto… que también se sobrecalentaron ¡y se rompieron! Aún así, al final, tarde o temprano todo el mundo llegó a la meta (¡algunos en taxi, cuando los coches de sustitución se acabaron!).
Aunque la meta, en realidad, era el comienzo de la siguiente etapa de la fiesta: un crucero en un barco de vapor a lo largo del río de Moscú, que fue un éxito total. Como de costumbre, nos soltamos la melena, bebimos refrescos, se premió a los ganadores y se firmaron acuerdos para el futuro. Y después volvimos locos a nuestros visitantes con versiones populares rusas de los clásicos de Nirvana, The Prodigy, Michael Jackson y muchos más.
Huele a espíritu de equipo (yo creo que fue el vodka)
Podéis encontrar el resto de las fotos en mi página de Flickr.
Después de todo, el divertimento se convirtió en gran trabajo en equipo. Y ahora, ¡volvamos al trabajo…!