Diciembre 2, 2014
Temporada baja – la mejor temporada
Por fin lo entiendo.
¡La mejor época para viajar por Europa es noviembre!
Todos los turistas que buscan buen tiempo han desaparecido ya hace tiempo, y en un mes estarán de vuelta los turistas de Navidad y Nochevieja. Sí, noviembre es la temporada perfecta del año para pasear por las calles de Europa y visitar catedrales, palacios y museos (¡vacíos!). Por supuesto, el tiempo no es tan bueno como en verano, pero vuelvo a lo mismo, Europa, especialmente el sur de Europa, no tiene ese clima tan duro como el del norte, por lo tanto es perfecto.
Eso sí, hay que tener en cuenta que puede llover y tendrías que ponerte un abrigo… ¡Qué problema!. Es el pequeño precio que hay que pagar por evitar las multitudes de gente encima de ti por todas partes, no tener que hacer colas interminables y no tener que esquivar las fotos que se están haciendo los trillones de turistas.
A.B y yo tuvimos suerte en este viaje relámpago a Europa: logramos pasar dos horas caminando paseando en góndola por Venecia y un día entero callejeando por Barcelona.
Las dos horas en Venecia fueron totalmente improvisadas y espontáneas. En nuestra ruta de las mini-carreras tuvimos tiempo suficiente para la conexión con el siguiente vuelo por lo que pudimos hacer mini-turismo en Venecia.
En pocas palabras, todo el mundo necesita vivir la experiencia de Venecia al menos una vez en la vida; para pasear alrededor de la ciudad y también para actualizar los conocimientos de la fascinante historia de la República.
¡Y qué historia! Grandeza, oro, poder, poderío, traición, intriga e hipocresía… todo en un mismo sitio. Y todo ha ocurrido en estas construcciones que siguen de pie en estos canales. Es obvio que este sitio tiene éxito entre los turistas (y los millonarios que se casan, etc.) Lo que me lleva a pensar de nuevo en el título de este post: noviembre y Venecia – están hechos el uno para el otro.
Así que si has estado posponiendo tu visita a Venecia por alguna razón, es hora de que la visites. ¡No te arrepentirás!
Esto es lo que hemos podido ver y fotografiar en dos horas:
¡La autovía de Venecia! ¿Cuál será el límite de velocidad? ¿Existirá eso de beber en las góndolas?
http://instagram.com/p/v2h4T7uiaI/
El resto de fotos están aquí.
Después de un vuelo corto de 90 minutos llegamos a Barcelona, una de mis ciudades europeas favoritas.
Una cosa de la que me he dado cuenta esta vez, y que no había pensado antes, es que las esquinas de los edificios parecen recortadas, parecen cuadrados de 8 lados.
Barcelona tiene algo. Por alguna razón es agradable a la vista, agradable y relajada. Nada agresivo, suave y con una atmósfera positiva. Aparte de sus amplios bulevares y sus aberraciones “gaudinianas”, es una ciudad donde puedes andar y andar y andar y no querer parar. Que es exactamente lo que hicimos, ¡anduvimos cerca de 16km en 6 horas!
La primera atracción turística fue sin duda la Sagrada Familia. Enorme y mágica. Una pena que estuviera lloviznando ya que no nos dejaron subir. Será la próxima vez…
¿Ningún devoto? Las sillas plegables no se ven muy sagradas. Supongo que es más fácil recogerlas…
Mi acompañante de viaje A.B. comentó lo siguiente: “Había estado en Barcelona antes, pero no había podido entrar a la catedral porque había una cola ridículamente larga. Ahora me arrepiento de no haber hecho cola… ¡por dentro es sencillamente cósmica! Realmente debe ser vista y admirada durante un buen rato. Ahora, a finales de noviembre es la época perfecta para hacerlo. No hay mucha gente, es perfecto”.
http://instagram.com/p/v79–SuiV-/
Lo siguiente fue algo que había querido hacer durante años: subir la montaña de Barcelona que está detrás del Templo Expiatorio del Sagrado Corazón. La vista fue tal como la esperaba: sensacional.
Si llegas hasta aquí no te confundas de funicular. Esta vez cogimos uno diferente que nos ahorró andar cinco kilómetros. Ha sido un bonus.
Y si llegas hasta arriba, asegúrate de quedarte hasta la puesta del sol. ¡Dios mío!
http://instagram.com/p/v_kafpuic_/
El tablero de dominó y ajedrez en el techo de un hotel-casino.
No tuvimos tiempo de ir a otros sitios de interés en Barcelona (que hay un montón) antes de ponernos a trabajar (encuentros con socios y clientes, asistir a reuniones, etc.).
Lo mejor de la parte oficial de nuestro viaje fue la fantástica cena pre-navideña con los socios y clientes. Fue en el Museo Nacional de Arte de Catalunya. Qué escenario. ¡Simplemente increíble! Mira:
Puedes encontrar el resto de fotos aquí.