Ingravidez: genialidad

Hace poco descubrí a mi pesar que  mi Sony RX-100 favorita ¡no hace fotos en gravedad cero!  Por el contrario, aparece un mensaje en la pantalla que dice: “Caída detectada”, y se apaga sola. ¡Pero si a mí no se me ha caído! Lo único que ha caído ha sido el nivel de gravedad, ¡a cero! Sony, sé que tenéis suficientes problemas ahora mismo pero, por favor, ¡esto hay que arreglarlo!

Después me he enterado de que se podía desactivar esta “función”, pero cuando estás a punto de pasar a un estado de ingravidez, lo último que quieres hacer es ponerte a investigar las múltiples funciones de tu cámara. Por suerte no se perdió nada, ya que casi todos traían cámara e hicieron fotos durante la misión de gravedad cero…

Esta es mi única foto del día, antes de que mi cámara se volviera inservible:

Una imagen previa: todos flotamos como astronautas dentro de esta bestia

Así que ingravidez – ingravidez completa, gravedad cero… ¿Qué es eso?

En realidad no es tan exótico y difícil de hacer como piensas. Déjame enseñarte un pequeño experimento…

Levántate de tu silla ahora mismo y salta de arriba abajo.

¡Va en serio, de verdad, no es broma!

Con solo saltar arriba y abajo, podrás experimentar un cuarto de segundo de ingravidez. Y si saltas desde una mesa, será medio segundo de ingravidez. Si estás en lo alto de un edificio y saltas desde un balcón, serían unos cuantos segundos de ingravidez, pero por razones obvias, ¡no te lo recomiendo!

¿Pero la ingravidez total…? ¿Quizás  los paracaidistas llegan a sentirla?¿O los que hacen salto base? No, a todos les pega el aire en la cara. ¿Los buzos? Eso es lo más cercano a la ingravidez pero, aun así, llevan aletas para controlar sus movimientos. Cuando hay ingravidez total, no hay nada que pueda dirigir tus movimientos…

La ingravidez completa es, por supuesto, lo que pasa en el espacio, o en un simulador, que es exactamente lo que hicimos.

Como ya habrás visto en las fotos, fue una experiencia muy divertida. Fue simplemente alucinante. Una de las primeras cosas que me llamó la atención fue cómo subestimamos la gravedad. De repente nos la quitan y ¡boom! Madre mía, la realidad se te vuelve del revés … ¡literalmente!

Nos amontonamos todos en la IL-76 y a volar… a cualquier parte.

La bestia se toma su tiempo para alcanzar la altitud deseada y después de 20 minutos se estabiliza. Ahí fue cuando nos quitamos nuestros – originales- paracaídas (con instrucciones de 1960), de la misma forma que te quitas el cinturón de seguridad en un avión normal después del despegue.

Me encantan las caras de todos…

… y cómo cambian 🙂

En un principio, el vuelo es similar al de una aerolínea normal, pero sin los asientos, los auxiliares y las bebidas. Las cosas cambian radicalmente al escuchar por primera vez a través del sistema de audio anunciando que era el momento del “test  de funcionamiento”. Asustarse un poco es normal y probablemente sano. ¿Pero de qué hay que tener miedo? Bueno, pues como en cualquier película de terror: ¡¡a lo desconocido!!

El test de funcionamiento es el calentamiento antes de llegar a una ingravidez completa. Para ello,  el  Ilyushin (oficina de diseño y fabricante de aeronaves rusa) hace un movimiento para darnos una prueba de 2 g. Básicamente, el avión da un salto.

Un autocontrol excepcional. La posición de loto claramente tiene su efecto.

Pero bueno, un salto de 2 g no es para tanto. Pero digamos que pesas 100kg. ¡En 2 g pesarás 200kg! Gracias a los squats que hago en el gimnasio he podido soportar el peso, pero no ha sido fácil.

Un rato después se anunció lo más fuerte: “¡RÉGIMEN!” (régimen de ingravidez completa).

Para entonces ya no te sientes el doble de pesado, esta vez tus pies se alejan del suelo y haces el clásico movimiento de andar girar/volar en el espacio como se ve en las imágenes de los astronautas en el espacio…

¡ ¡ ¡ M a d r e   m í a ! ! !

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Creo que la mejor manera de describirlo es “completamente desorientador”. Dirección; movimiento; arriba, abajo, al otro lado. Todo deja de tener sentido. ¡Sin  peso…  pronto tampoco tendrás mente, estarás completamente ido!

Después se escucha “20 segundos” a través de los altavoces Tannoy. ¿Qué? ¿Tan pronto? ¡Buu! Luego un instructor te guía cuidadosamente para que puedas volver a la gravedad normal sin golpearte.

Luego hay otra dosis de 2 g durante 20 segundos mientras el avión se nivela. Para eso es mejor acostarse, ¡te lo digo yo! ¡Uff! ¿Cómo será la 3 g, 5 g o la 8 g? 🙂

Luego volvimos a la normalidad- 1 g. Pero no por mucho tiempo…

Una vez más la voz: “¡preparaos!” ¡Y otra vez 2 g! Esta vez sin ponernos de pie. Es mejor acostado, lo que incluye recostar la cabeza sobre la suave estera también.

Y luego se terminó todo. Se acabó. No estaba seguro si iba o venía o si estaba triste o aliviado, se había terminado todo. Fue una especie de limbo muy extraño…

Pensé que todo había acabado, pero no: ¡Aquí vamos de nuevo!… Se enciende una luz, esa voz de nuevo chillando: “¡Régimen”!, y ¡wooooooooooooooooooo!

En resumen, esta rutina se repitió 10 veces.

Diez circuitos en total… Personalmente, creo que 15 hubiera sido ideal; ¡otros rogarían para que no fuese así! Una quinta parte de nuestro grupo no aguantó los 10 circuitos. Salieron silenciosamente de la nave y… vomitaron en el compartimento médico (en sillones diseñados para ese tipo de contingencias 🙂 )!

Después de todo, como habrán visto, me ha encantado. Si lo recomiendo o no… es una pregunta trampa, te puede encantar o no. Pero te aseguro que no te dejará indiferente. Tendrás que probarlo y decidir…

¿Dónde? ¡En tu Comet Vomit (Cometa del Vómito en inglés) más cercano, por supuesto!