SANTIAGO AHUMADO

Santiago (la capital de Chile) está situada en un valle entre dos cordilleras. La más grande de las 2 es la cordillera de los Andes. La otra… nunca me la ingenié para encontrar su nombre. En fin, la razón por la que digo esto es porque, en general, el viento tiende a soplar a través de estos cerros – por ejemplo, no por el valle – dejando el valle y la ciudad de Santiago sin ventilación. Lo que significa que no hay nada que disperse la niebla contaminante que se mantiene sobre el valle. Siendo sincero, es algo perturbador. Imagina respirar así todo el día y la noche, año tras año… ¡demonios!

Santiago es una capital grande, 5.4 millones de los 17 millones que hay en todo el país, que se extiende a lo ancho y largo del valle. No es sorpresa que el esmog (niebla contaminante) tome esa forma. Y yo que pensaba que la niebla contaminante visible de Moscú era mala :-).

Estábamos allí por nuestra 5º conferencia en Latinoamérica, para hablar de nuestro negocio cibernético y varios temas de seguridad. Todo bastante corriente para mí: presentaciones, preguntas y respuestas, varias entrevistas, charlas interesantes con compañeros, algunas fotos para el álbum blog, y cenas con invitados de las conferencias. Todo fue divertido y útil, como siempre.

La mañana siguiente fue tan habitual como siempre. La rutina de la carretera que casi podría hacerla con los ojos cerrados y las manos atadas: >auto >aeropuerto >avión > hacia el siguiente puerto de escala en otro continente. Todo va bien…

A diferencia de Brasil, aquí no hay una oficina, así que no teníamos un lugar de llegada con los tradicionales saludos y café. Ni siquiera conseguimos hacer una caminata por la ciudad, así que, a parte de la evidente niebla contaminante, me temo que esta vez no tengo ni una historia interesante que contar. Sólo algunas fotos…

“¡Es como si todo y todos en la ciudad estuvieran fumando como una chimenea y este valle no fuera sino un cuarto pequeño y agobiante sin ventanas!” – exclamó un colega.

“¡Sí, lo que este lugar necesita es un secador gigantesco en un extremo! comentó otro 🙂

Resulta que hay alrededor de 500 volcanes en Chile; todos activos, y cuatro de los cuales están en erupción, ¡justo ahora! También hay placas tectónicas: en 20 años se espera un terremoto de verdad (¡8+ en la escala de Richter!). Actualmente; en promedio, un chileno experimenta 3 terremotos grandes en su vida… además de numerosos seísmos más pequeños (un día antes de que llegáramos hubo un terremoto de tamaño “moderado”) (magnitud 5) ¡Fiuf!

Sentí un poco de nostalgia en el aeropuerto, pero desde aquí se iniciaba una de mis aventuras más increíbles… ¡Un viaje al Polo Sur!

¡Hasta luego amigos!