Diciembre 8, 2015
LA TERCERA OPCIÓN FOTOGRÁFICA
Hace algunos meses, estuve aproximadamente una semana en China, explorando las zonas menos visitadas por turistas no chinos. Fue algo más que fantástico y lo viví como una experiencia “exclusiva” y propia de un “nativo”. Hice todo lo que pude para guardar el mayor número de experiencias posibles en la memoria (en mi propia memoria) pero no se puede comparar la memoria humana con la memoria digital, especialmente cuando una se desvanece rápidamente. Como no puedes combatir contra esto, úsala. Y así fue: utilicé bastantes gigabytes de memoria digital, pero no en mi pesadísima cámara réflex, sino en la típica Sony de bolsillo o “jabonera de viaje” como me gusta llamarla. Después subí todo a mi archivo para referencias futuras, con la intención de refrescar mi memoria en los próximos años…
Como dije antes, el viaje a China fue fantástico. Pero muchas de las imágenes asombrosamente bellas no eran compatibles con el visor de mi jabonera. Sufrí mucho por esta falta de poder, y todo porque insistí en viajar ligero y dejar atrás mi estudio fotográfico semiprofesional. Pero ese sufrimiento terminó rápidamente mientras estuve en China. En Jiuzhaigou para ser más específico…
..Cuando estuvimos allí, me compadecí de mi compañero de viaje, A. Sh., quien llevó consigo durante todo el viaje una enorme bolsa elegante para su cámara Nikon. Le ayudé a cargarla, para que su hombro tuviera un merecido descanso. Entonces me dio curiosidad. La comencé a manosear, moviendo perillas y lentes, incluso presionando el botón disparador. Había escenarios sorprendentes por todas partes, era complicado no hacerlo. Esa noche, de regreso en el hotel, me puse a mirar los resultados en el ordenador. Y ahí es cuando llegó mi momento eureka. Eché un vistazo a las fotos que tomé y tenían un aspecto semiprofesional. No me podía creer que fueran mías, y entonces fue cuando lo decidí: ¡se acabaron los días de la jabonera! ¡Es momento de actualizar, transformar, hacer un cambio de paradigma, un cambio tectónico! No importa que tan pesada y complicada sea la experiencia, ¡vale la pena!
// En realidad, para ser honesto, los primeros estruendos de este cambio tectónico se escucharon claramente en el verano de este año en Kamchatka. Toda esa belleza natural incomparable, y todo lo que tenía para mostrar eran unas fotos granuladas que parecían tomadas por un móvil. ¡Puag!
//¡Incluso en el Polo Sur había hecho fotos con mi jabonera! Aquí, en el reflejo del Polo Sur, puedes visualizar mi jabonera haciendo la foto:
Y aquí está mi jabonera reflejándose en el visor de A.G.:
Entonces. Era el momento de comprar un equipo fotográfico de verdad. Pero ¿qué equipo comprar? Hay mucho donde elegir. Tal vez necesitaba simplificar las cosas decidiéndome por una de las dos marcas que, yo pienso, tienen los productos más innovadores del mercado, de acuerdo a mis amigos que saben de cámaras: Canon y Nikon.
Pero dichos amigos no solo poseen un equipo Canon o Nikon, sino que además “creen fervozmente” en él. Estos siempre discuten sobre la superioridad de la marca que escogieron y cuando lo hacen todo se torna un poco… primitivo, como en las discusiones de fútbol (“mi padre apoyaba al Manchester United, así que yo también, por ende, ¡ellos son los mejores!”). También está el problema cuando ambos “lados” ponen mala cara a los debutantes. ¡Ahhhh! Con ellos no se puede ganar. Aún así, debía iniciarme con una de las dos, pero ¿con cuál?… Pedí consejos y leí algunos folletos, pero, al final decidí no comprarme ni una Nikon ni una Canon. Me decidí por una tercera “secta” a la que me uniría por vida. ¡Tomen! ¡Eso es lo que ocurre cuando se balbucea tontamente! ¡Que un novato les gana a ambos!
Entonces, ¿es Nikon mejor que Canon?
Eso es todo, trato hecho. Ahora estoy equipado con un aparato fotográfico de máxima calidad, con campanas, silbatos, lentes y trípodes… ¡Oh no! Eso significa que alguna vez seré fotografiado… ¿de esta manera?