Julio 25, 2016
Groenlandia, parte 8: Alojamientos y escenas “urbanas”
Entonces, ¿cómo está el tema del alojamiento para los visitantes de Groenlandia? Pues nada mal. Son hoteles básicos y decentes con habitaciones acogedoras, con las comodidades que encontrarías en un buen hotel y con buena comida. La única desventaja con la que me topé fue que la velocidad de conexión a Internet y que los límites de tráfico eran bajos.
Este es el hotel de Nuuk en el que nos hospedamos, por fuera y por dentro…
He visto un millón de minibares en mi vida y suelen estar casi vacíos (solo con unas pocas botellas de agua), completamente vacíos (lo que es aún más raro) o repletos de bebidas y aperitivos, siempre con Coca-Cola o Pepsi. Parece que esas dos multinacionales dominan el mercado mundial de los minibares. Pero no en Groenlandia. ¡No hay ni un poco de rojo ni un poco de azul! 🙂
Este es un detalle bonito. Pequeño, pero bueno: ¡las postales en la mesa de la habitación ya llevan los sellos locales (supongo que para hacerlas llegar lo más lejos posible)! no es que yo siga enviando cartas, pero aún me recuerdo de lo difícil que era encontrar un lugar donde vendieran sellos y no saber cuántos se necesitaban. Así que es una idea a la antigua (¿y qué?), ¡pero muy buena!
Lo que no fue tan bueno fue que a media noche, en el último piso del hotel, se oyera un sonido que parecía venir de un pub, pero no había ninguno, así que debió ser la calefacción central o algo por el estilo. No es que nos molestara: estábamos hechos polvo después de un día de aventuras glaciales, así que nos dormimos sin problema.
El Hotel Arctic de Ilulissat era muy bonito. Justo en la orilla, con vista a los icebergs. ¡Perfecto!
¡Otra sorpresa! Los mosquitos y otros bichos chupasangre son un gran problema aquí, no por la cantidad, sino por su persistencia. ¿Quién lo habría dicho? Así que si alguna vez venís a Groenlandia, aseguraos de traer repelente, mosquiteras y esos aparatos antimosquitos que se conectan a la corriente. Por cierto, este último existe desde hace décadas, pero ¡al parecer nadie lo conoce en Groenlandia!
Aquí hay uno volando por mi ventana mientras hacía fotos del atardecer…
Aquí os dejo una foto del pueblo desde un helicóptero, también se ve nuestro hotel (el grupo de edificios rojos).
Dar un paseo por el pueblo es muy agradable – con colinas de roca allanadas por los glaciares prehistóricos. No importa qué dirección decidas seguir, todo es igual de pintoresco.
El Internet del pueblo:
¡Setas! ¡Al parecer los vecinos no las recogen nunca!
Puedes llegar al glaciar más cercano, a tan solo un kilómetro del pueblo, ya sea sobre una montaña rocosa o sobre un camino de madera. Elegimos la opción fácil…
La vista desde la orilla por la tarde:
… y por la mañana:
Perros encadenados en sus casetas: una vista común en los pueblos de Groenlandia:
¡Mirad estas señales!
… algunas las usan para hacer prácticas de tiro:
También vimos cómo vivían los Inuit:
Pesca, cacería e iglesias…
Cráneos de ballena:
El aeropuerto local; ¡esta es la terminal!
Los bungalows que aparecen en estas fotos están en un asentamiento que se abandonó tras la fiebre del oro. Nuestros guías nos contaron que hace unos años hubo una explosión de gas natural en el otro lado e hizo que una roca cayera y un tsunami arrasara el pueblo. Nadie murió, pero se evacuó a todos los habitantes por temor a que volviera a suceder. El asentamiento continúa deshabitado, pero los antiguos residentes a menudo vuelven durante el verano.
Muy bien. Al fin, después de OCHO publicaciones, hemos llegado al final de la pequeña serie de Groenlandia. Es hora de volver a casa…
¡Adiós, Groenlandia! Es un territorio impresionante, digno de ser incluido en mi Top 100 de lugares del mundo de visita obligatoria :).
Todas las fotos del viaje por Groenlandia están aquí.