Mayo 22, 2014
Alergia al piolet
¡Hola a todos!
Un hombre sabio sube el Monte Fuji una vez en su vida, sólo un necio lo sube dos veces.
~ Una joya de la sabiduría tradicional japonesa
Estoy de acuerdo: estar en Japón y no subir a la montaña más hermosa del país – eso simplemente es absurdo. Pero volver a hacerlo también es bastante loco. ¿Me pregunto si una tercera subida podría contrarrestar la locura? ¡Espero que sea así, porque el sábado pasado culminé mi segundo ascenso al Fuji!
En algunos idiomas la montaña se conoce como Fujiyama. Y en japonés se refiere como Fuji-san. Se escribe así: 富士山. Los dos primeros símbolos se leen Fuji, mientras que el tercero significa montaña o san – la lectura sino-japonesa del carácter yama. ¿Lo entiendes? No te preocupes – no eres el único que no lo entiende. Lo que sí es fácil de coger, sin embargo, es que ese san no es el san honorífico que aparece después de los nombres japoneses. Ay, estos japoneses… =).
El volcán cónico más perfecto del planeta – es espectacular observarlo desde abajo, sobre todo cuando su parte superior está cubierta de nieve y, aún más, cuando lleva su conocida corona de nubes. Es fácil sentarse en un parque cercano, preferentemente en uno al lado de uno de los lagos y, simplemente, contemplar esta maravilla de la naturaleza durante horas – incluso hasta la madrugada. Pero eso sólo desde abajo…
… desde la cima es aún mejor. Es como una recompensa que consigues por haber hecho el esfuerzo de escalar la montaña. Mi vocabulario se queda un poco limitado para describir una belleza tan espectacular – normalmente uso “alucinante” o incluso “exorbitante”… pero bueno, ya te puedes hacer una idea. Y cuando el tiempo es muy bueno – lo único que digo es… OMG. No se puede describir con palabras.
Lo que hace única a esta montaña volcánica es que todo el paisaje que la rodea es bastante llano por lo que puedes llegar a divisar kilómetros y kilómetros alrededor – ves los campos, las colinas, el golfo oceánico, las ciudades y los pueblos, ¡todo en miniatura como si lo pudieras tener en la palma de tu mano! La realidad es que lo estás viendo todo desde una altura de 3,7 kilómetros.
//El punto más alto del Monte Fuji está a 3776 metros sobre el nivel del mar, pero hay una gran estación meteorológica construida ahí que impide la visión de las miniaturas de los alrededores. Sin embargo, la estación meteorológica ofrece otra vista – hacia el interior del cráter, que también es bastante especial.
Puedes llegar a la cima del Monte Fuji por varios caminos, que durante la mayor parte del verano están libres de nieve. El resto del año están cubiertos de bastante nieve. Los caminos más populares son uno desde que viene desde el norte – el sendero de Yoshida – y otro desde el sur – el sendero de Fujinomiya.
A lo largo de estos senderos se encuentran las llamadas “estaciones” – refugios que abren durante el verano donde puedes recuperar el aliento, comprar comida y bebida, o incluso pasar la noche. En cada sendero hay – o al menos eso parece a primera vista – 10 de esas estaciones repartidas regularmente por la ruta desde el pie de la montaña hasta la cima. Sin embargo, si te fijas un poco más, resulta que son muchas más de 10, ya que la numeración empieza a ser un poco no-lineal – con “7”, “7 ½”, “8”, “8 ½”, etc. Quizás añadieron los refugios ½ más tarde y no quisieron volver a cambiar toda la numeración…
Puedes llegar hasta la estación 5 en coche. Desde ahí tienes que seguir a pie – empezando a 2300 metros (norte) o 2400 metros (sur).
Al principio, la aritmética te anima: la distancia a la cima es de solo 1,3 kilómetros, aproximadamente, no más de 3,7 kilómetros. Sin embargo, ¡eso sigue siendo casi tres veces y medio el Edificio Empire State! Oh mi Scooby. Sí, no es lo más fácil. Tienes que estar bastante en forma para aguantar.
En Internet hay algunas mentirillas que dicen que sólo te llevaría cuatro horas completar el camino que puede recorrerse andando. ¡No te creas ni una palabra!
En la estación del año “fácil”, es decir, cuando no hay nieve y hielo, puedes esperar toparte con bastantes… ¡colas de espera! Sip, has oído bien. Y bueno, es comprensible: cada día, miles (!) de personas suben al Monte Fuji. Así que, por supuesto, también te encontrarás con atascos en las zonas bajas (yo no los vi, pero una persona que conoce aquello me dijo que son un verdadero problema). Y, en la estación más “dura”, hay otro tipo de obstáculos: hielo y nieve. Así que da igual cuándo decidas conquistar el Monte Fuji, debes contar con que tardarás al menos seis horas.
Los meses más fáciles son julio y agosto: todos los refugios están abiertos, todas las rutas a la cima están libres de nieve y hay equipos de rescate por si algo va mal. En los 10 meses restantes, casi no hay gente aquí (aparte de unos cuantos turistas amantes de lo extremo) y muchos de los refugios están cubiertos de nieve y no se pueden usar. La carretera que sube al quinto refugio puede estar cerrada hasta 10 kilómetros antes de la estación.
En un punto de nuestro ascenso en coche en el primer tramo nos topamos con una barrera de madera, que parecía comunicar con bastante claridad que “de18:30 a 07:30 la carretera permanecerá cerrada”. Guay. ¿Cómo íbamos pasar? Aún así, probablemente te podrás imaginar nuestro asombro cuando nuestro guía japonés apartó la barrera a un lado sin dudar ni un segundo y simplemente pasamos. Volvimos a parar y el guía volvió a poner la barrera en su lugar. “Así que esto es como hacen las cosas en Japón” pensamos los tres que íbamos con el guía – un americano y dos rusos.
Alrededor de 300 senderistas subieron a la montaña el día que nosotros lo hicimos, la mayoría japoneses. Muchos de ellos llevaban esquís o tablas de snowboard. Qué valientes. En nuestro caso, siendo sincero, me asustaba la idea de bajar esquiando. Después de una subida de seis horas, con las piernas entumecidas, bajar todo el camino con esquís – y todo eso sobre nieve y hielo muy desnivelados… Ni en sueños. Conozco mis límites. Si nos hubieran dejado en la cima con un helicóptero, hubiera sido otra cosa. Pero así, no.
Probamos a ir en mini-trineo a algunos sitios, pero hasta eso resultó peligroso: la pendiente era casi vertical y no había sitio alguno donde frenar – aparte de las rocas – ¡así que tuvimos que usar los piolets como frenos!
El Monte Fuji – Donde las nubes están debajo de ti.
Todas las fotos están aquí.
Por cierto, he notado que cada vez cojo un piolet entre mis manos – al día siguiente tengo la cara quemada (sobre todo la nariz) y los labios hinchados. Debe ser una alergia o algo parecido – a los piolets :). A mis compañeros también les pasó lo mismo.
¡Eso es todo por hoy! Hasta la próxima…