Abril 22, 2014
Aquellos nacidos para nadar no pueden volar
“Aquellos nacidos para arrastrarse no pueden volar, pero a veces los bastardos pueden arrastrarse a gran altura”, es una paráfrasis muy libre de una frase revolucionaria.
Abre tus ojos y quédate boquiabierto, porque hay un pez en este mundo nuestro que a veces vuela a una altura de 100 metros o más. El O’opu vive en Hawái, en el arroyo de Kolekole y en las cataratas de Akaka, de 130 metros.
Los peces desovan río arriba de las cataratas, por lo que cuando nacen las crías, el agua las lleva río abajo, caen por las cataratas, “aterrizan” con un “flop” en el agua (y probablemente pierden la consciencia por un rato, ya que es más del doble de altura de la Golden Gate) y son llevadas al océano, donde maduran.
Y es entonces cuando empieza la parte más interesante.
Una vez que llega la próxima temporada de desove, los peces tienen que volver de alguna manera al lugar de desove río arriba de las cataratas – eso es, ¡tienen que hacer frente de alguna manera a un acantilado y al golpeo del agua que cae de este! El guía local afirma que los peces se RASTREAN hasta la cima del acantilado para llegar hacia el lugar de desove. Sip… ¡peces que se arrastran más de 100 metros sobre la cara vertical de un acantilado!
“Así que de esta forma es como estos peces fueron tratados por la cruel evolución” pensé. Parece que estos peces evolucionaron de una manera bastante rápida: el paisaje local se formó por corrientes de lava hace unos 250.000 años (según los vulcanólogos). ¡Así que, un cuarto de millón de años (o menos) y los peces aprendieron a escalar rocas! Hmm… Desde un punto de vista evolucionario, probablemente aprendieron de una forma bastante rápida.
En resumen, estos peces son bastante maravillosos.
Hay más sobre los peces, cataratas y otras maravillas de Hawái en mi página de Flickr.