Abril 28, 2015
Japón, lugar perfecto para descansar.
El viajero, cansado después de un trayecto aparentemente interminable, normalmente, opta por un cuerpo de agua para intentar descansar, relajarse y hacer la transición de zombi a algo que parecido un ente viviente, lo más normal sería una ducha, un baño o incluso una sauna con su piscina de agua fría.
Pero sólo en Japón se pueden apreciar los efectos ultra-relajantes de un ryokan, una mezcla perfecta entre bañarte y tener una experiencia culinaria fantástica para recuperarte en un instante. Y esto es justo lo que me sucedió recientemente en el ryokan Izukogen Hanafubuki en la península de Izu (伊豆) que queda cerca del monte Fuji. ¿Relajado? ¡Ya te digo!
Por si alguno no sabe lo que es un ryokan os explico: es un hotel japonés tradicional, no muy grande con colchones de paja en el suelo llamados tatami, con comida japonesa deliciosa y en algunos casos, aguas termales para relajarse.
Sin embargo, si no eres japonés debes tener cuidado. Necesitas estudiar sobre la cultura japonesa, ya que es muy fácil meter la pata e incomodar a alguien J. Lo mejor es visitar un ryokan con amigos o colegas japoneses para evitar malentendidos. Si vas acompañado por amigos japoneses te pueden guiar y te sentirás como un verdadero japonés, y te podrás recuperar de tu viaje por unos cuantos días, dejando que tus mente y espíritu se repongan junto con tu cuerpo.
La comida y las aguas no son el único bálsamo para el cuerpo y la mente que encontrarás aquí: los cerezos están brotando, hay casitas de campo pintorescas, caminos encantadores y una abundancia de flora y fauna. Es realmente hermoso.
¿Y por qué estamos aquí?
No tiene nada que ver con que Izu sea el productor más grande (o eso dicen) de wasabi en Japón :). Si lo pensáis es un poco obvio, ¡la península está repleta de volcanes! Llevo años con ganas de venir aquí…en gran parte porque queda bastante cerca de Tokio (que frecuento por motivos de trabajo).
Así que nos pusimos en marcha… y de inmediato surgió un problema: ¿qué volcán debíamos visitar primero? No es tan fácil escoger cuando hay tantas opciones. Ya estábamos en ruta así que no quedaba más que recurrir al internet para fantasear, filtrar y comparar… y finalmente elegimos Omuro 🙂
El volcán hizo erupción hace como 4 mil años, cubriendo los alrededores y el fondo del mar con una capa gruesa de lava. En todo el tiempo que ha transcurrido desde entonces, las olas del mar han atacado a la piedra volcánica, dejando la costa impresionante: nueve kilómetros de formaciones rocosas (de lava) inusuales que hacen reminiscencia a las que se encuentran en las islas Kuriles.
Lo mejor es salir a media mañana y así poder almorzar en un restaurante en el camino y pasear 3 o 4 horas por la tarde para gozar la experiencia con todos los sentidos.
Columnas de piedra volcánica (al estilo de la convección de Rayleigh Benard). Si quieren saber sobre la física que explica sus orígenes lean esto:
Por primera vez a los miembros japoneses de Kaspersky Labs les gustó la caminata… pero ha quedado claro que no hacen mucho ejercicio :).
Les advertí, “¡No se os ocurra comer la sábila!” pero no me hicieron caso. La sábila no sabe muy bien… se notaba por sus reacciones.
Encontrarán el resto de las fotos aquí.
El plan era usar la caminata como calentamiento y luego subir al volcán pero desafortunadamente estaba nublado, empezó a llover y no llevábamos nuestros chubasqueros (sí, un descuido notorio para un viajero experimentado como yo… pero me acordaré para la próxima. La cosa es que me gusta ir cómodo a mis excursiones, sin mochila y otras cosas… pero volvamos al tema). Ni siquiera el funicular funcionaba – también por culpa de la lluvia. Ya que, Omura tendrá que esperar a nuestra próxima visita.
Después hemos vuelto a las oficinas en Tokio: conferencias para los socios, juntas, entrevistas…lo mismo de siempre. Fue tiempo productivo, interesante y valió la pena. Por cierto, esta es nuestra oficina en Tokio:
Aquí estamos en el séptimo piso, como podéis ver… 🙂
Por cierto, la mitad del edificio está vacío (desde el noveno piso hacia arriba). Si queréis abrir una sede en Japón, ¡sois bienvenidos!
Los osos verdes, caballos negros, coches rojos, y uniformes azules de fútbol son muy populares aquí.Omura tendrá que esperar a nuestra próxima visita.
Supongo que ese dispensador de desinfectante para manos es un poco más sutil que los carteles comunes de “No tocar”. Definitivamente es más compasivo. ¿A quién no le caen bien los japoneses?
El jefe en modo de trabajo.
Akihabara en modo de trabajo.
Máquina expendedora con golosinas japonesas. ¡Quiero una de estas para nuestras oficinas centrales!
Después del trabajo… ¡una cena de empresa!
El Unagi (anguila) – mi platillo favorito – de un restaurante cerca del hotel, estuvo absolutamente fabuloso. Y en las paredes… ¡dibujos de unagis gigantescos!:
Solo falta una foto del mismo platillo para completar el tema de Unagi… Ups. Mi mente ya estaba muy contenta para entonces. ¡Se me olvidó por completo hacerle una foto!
¡Kanpai amigos!
