Marzo 12, 2013
KL está de mudanza
¡Señoras y señores!
¡Tenemos muy buenas noticias para ustedes! O al menos, para algunos de nuestros empleados en Kaspersky Lab…
Nuestra década de trabajar en una oficina alquilada ya ha llegado a su fin. ¡Sí! Al final lo hemos hecho y nos hemos comprado un edificio de oficinas… mejor dicho… tres edificios. Bueno… como se suele decir… más vale tarde que nunca. Por fin, el último de los últimos departamentos en mudarse de la vieja oficina (en Oktiyabrskoye Pole en la zona noroeste de Moscú) ya ha empaquetado todo y se ha unido a sus compañeros. Aquí os dejo una foto de algunos miembros del departamento de administración con su ficus favorito.
Ahora ya poseemos un trocito del noroeste de Moscú, donde trabajan más de 1.500 empleados de la compañía, quienes se han comprometido en su lucha contra los ciberdelincuentes a escala global.
Dejar una “casa” donde has vivido durante años siempre es difícil. Lo mismo sucede con el lugar de trabajo, al fin y al cabo, la oficina es nuestro segundo hogar (teniendo en cuenta todas las horas que pasamos en ella). Esta mudanza ha sido tan triste como en el año 2005, cuando abandonamos nuestra madriguera en Tushino (una vez más en la misma zona de la ciudad); a pesar de trabajar en un antiguo edificio de investigación soviético. ¡Eso sí que era un espectáculo! Con su estricto sistema de seguridad estilo “abuelita rusa”; ese extraño olor de sus pasillos; los ascensores que siempre se paraban; la zona de fumadores en pasillos y descansillos… y el lado positivo: las vistas de Moscú:
Allí estuvimos “viviendo” durante siete años. La última oficina (la que ahora dejamos) era mucho más civilizada: con un bonito parque para dar un paseo después de comer. Por supuesto, también tenía sus desventajas. Por ejemplo, algunas partes del edificio vibraban cuando pasaba el tren, como ese viejo piso en Londres de la película Juegos, trampas y dos armas humeantes.
Pero eso ya es pasado. Ahora tenemos un nuevo espacio. Aunque en un lado hay una autovía muy ruidosa (oooohhh); en el otro tenemos un resort turístico de alto nivel con playa, restaurantes pijos, clubs, un complejo deportivo con piscina y unas bonitas vistas al embalse de Khiwki. Además, tenemos un parking subterráneo, la boca de metro muy cerca y todo está totalmente nuevo.
La palabra clave de esta mudanza es “nuevo” –llevando consigo una nueva era y nuevas oportunidades. A nivel personal, por ejemplo, los más debiluchos podrán empezar a ir al gimnasio. Los fumadores crónicos podrán dejar de matarse, al contrario que en la antigua oficina, aquí no hay sala para ellos. Dejemos al cáncer fuera del edificio.
No obstante, detrás de todo esto, hemos tenido un año de negociaciones, firmando un documento tras otro, luchando con la burocracia, planificando cada detalle, diseñando los espacios, ideando la mudanza… Como es normal en este tipo de operaciones tan complicadas, no hemos podido terminar todo a tiempo. Esto implica que tengamos que trabajar en unas oficinas, parcialmente, incompletas.
¿Qué partes no están del todo acabadas? La recepción todavía está en modo “construcción”, como el laboratorio antivirus, el mini gimnasio y el museo de la compañía. Las oficinas todavía son un espacio abierto sin las divisiones necesarias para evitar que la polución acústica desconcentre a los empleados. Además, han aparecido un par de inconvenientes: la dificultad para trasladarse de uno a otro edificio (pasillos laberínticos, puertas pesadas…) y moverse entre las diferentes plantas. Pero… no pasa nada, somos Kaspersky Lab y podemos conseguirlo. ¡Sólo hace falta perseverancia!
Como dice el refranero popular “no hay mal que por bien no venga”. Las obras sin terminar nos dejan algo de flexibilidad a la hora de personalizar los espacios de nuestros pacientes empleados. Probamos cada detalle de la oficina in situ, adaptando todo a las preferencias y caprichos de cada uno. Si todo hubiese estado terminado, seguro que habría quejas de esto y de aquello… así que la situación actual de la oficina… sólo nos hará más fuertes.
Una de las zonas verdes, si se puede llamar así…
A pesar de estar incompleta la oficina… ¡Ya hemos tenido a nuestros primeros invitados! Andreas Clementi de AV-comparatives se dejó caer para entregarnos un galardón por desarrollar uno de los mejores antivirus del 2012.
Mientras tanto, los empleados de la sede central de KL siguen disfrutando de la novedad de encontrarse con sus colegas en un espacio nuevo. Además, también están descubriendo quién, dónde, por qué, qué y cómo es el nuevo entorno; admirando, refunfuñando, planeando, discutiendo, riendo, comprobando cómo funciona la nueva máquina de café y seleccionando, cuidadosamente, los sitios donde comer, donde aparcar o la mejor ruta de metro. Ya podemos decir… ¡Ésta es nuestra nueva casa!
En mayo, cuando todo esté listo e impoluto, haremos una excursión virtual por las instalaciones para que conozcáis nuestra oficina y, por supuesto, a sus habitantes. Mientras tanto, aquí tenéis un vistazo rápido. En este vídeo podéis ver como las féminas de nuestra compañía felicitaron a sus compañeros varones el 23 de febrero, día de Los Defensores de la Patria en Rusia.
Esto es todo por hoy. Durante varios años, éste será nuestro escondite de trabajo antes de que nos liemos la manta a la cabeza y nos mudemos de nuevo. Por ahora, disfrutaremos de lo que tenemos…
¡Hasta pronto!