MINI-CARRERAS

¿A qué huele un… fin de semana idílico? Quiero decir un fin de semana idílico para chicos, de todas las edades.

Realmente creo que la respuesta es la siguiente:

Un fin de semana idílico para chicos de todas las edades huele a frenos quemados, a humo del motor, a gasolina y a adrenalina. El deporte del motor. Es como el rock and roll, pero mejor.

Hace poco, unos amigos y yo tuvimos algo de  tiempo libre entre viajes de negocios y fuimos a Italia a la carrera de Adria-24. Era una carrera a nivel nacional, pero aun así nos dio un subidón de  adrenalina. Desafortunadamente, nosotros no olimos el éxito ya que después de 12 horas, nuestro coche… murió, y ningún tipo de reanimación lo ha podido salvar. Qué pena. Este es su cadáver, pobrecito:

Sí, como has podido comprobar, no es un Ferrari; tampoco es un F-1. Es un Kia Rio diésel, ¡el coche milagro de la industria automovilística coreana! Todas las carreras son lo mismo, pero las de nivel infantil son las mejores: el nivel de volumen es altísimo (solo motores de 1.5 litros, pero sin tubo de escape…); alcanzan velocidades a nivel de estrella de Top Gear pero en un coche de precio razonable (llegamos a  los 160km/h), la emoción de la carrera es inolvidable, los nudillos se ponen blancos, los ojos arden: dispuestos a darlo todo.

“¿Contra qué equipos estamos compitiendo?” preguntó A.B. “No son equipos, A.B., ¡son el enemigo!” le contestó A.M. “Eso es exagerado”, añadí yo. Pero sí que sé por dónde iba A.M… Resulta que los otros equipos/enemigos no eran los competidores más deportivos. Eran buenos en romper las reglas (algunos lo llamarían trampa), mientras que los jueces los seguían dejando salirse con la suya. A los otros equipos también les han dado coches más nuevos y mejores. Si hubiésemos tenido las mismas condiciones, las cosas hubieran sido diferentes. Pero eso de seguir las reglas y tener motores inferiores, nos ha condenado desde el principio. Pero no olvidemos que el espíritu deportivo es lo que cuenta. Aunque ganar también es agradable…

Primero, vamos a meter la marcha atrás y retroceder un poco…

Existen todo tipo de carreras de coches alrededor del mundo.

La más popular es la Fórmula- 1, NASCAR e INDYCAR. Luego viene Le Mans. Luego está la Fórmula 3000, WSR 3.5, Porsche Supercup, Ferrari Challenge, y muchas otras carreras internacionales, luego un montón de carreras nacionales. Mientras que los súper profesionales forman parte de las mejores carreras, los profesionales siguen corriendo en las carreras menores, con todo tipo de coches.

Luego están las carreras no profesionales (no utilizaré la palabra amateur ya que no hay nada de amateur en ellas J): un ejemplo es esta carrera de resistencia tipo Le Mans pero en Italia, ¡en un Kia Rios y un Fiat 500s!

Esto es la mini-carrera, así de simple.

Los coches no son unas bestias de Fórmula-1, pero se mueven. Esto no es para gente de corazón débil. Después de todo, estos no son los mini coches que ves en las calles. Estos han sido trucados y personalizados. Les quitan todo lo que tienen dentro, aunque no sea necesario, luego les instalan un marco de acero de seguridad en el interior, los asientos normales se cambian por asientos de coche deportivo y también se le instalan dispositivos de alta tecnología. Al igual que en la carrera de Le Mans, ésta también dura día y noche, 24 horas (desde la 1pm del sábado hasta la 1pm del domingo). Durante ese tiempo, se dan alrededor de 650 vueltas. Cada vuelta tiene 2.7km con lo cual se suma un total de 1700km.

He mencionado que no es para los de corazón débil…

Bien, nuestro conductor y colega, es uno de los valientes, fuertes y en mejor forma pero hasta él tiene que forzar los niveles de resistencia. Ha sido su primera carrera de 24 horas y, cuando ha terminado, no ha sido capaz de abrir ni una botella de agua con sus manos temblorosas. El conductor profesional con el que fue emparejado también terminó un poco tembloroso y tan blanco como una sábana. Sí, han dado todo de sí. Qué lástima que haya fallado el coche.  

Los conductores van cambiando durante la carrera. Este año hemos tenido ocho conductores. Cada lapso por conductor es de 90 minutos. Los cambios de conductor se hacen en los pits y se les da 10 minutos (con tiempo cronometrado). Durante esos minutos, rellenan el tanque de gasolina y revisan los frenos y otras cosas. También hay cuatro paradas obligatorias de media hora para inspecciones técnicas, se cambian los frenos, etc…

Aquí estoy mientras un profesional me explica lo que tengo que hacer:

Por cierto este es Marco Cioci

A.M. preparándose

Aún blanco y limpio


Desde un principio, la situación fue desagradable para nosotros. ¡No… antes incluso!

Inmediatamente (¡incluso en las vueltas de prueba!) nuestra bomba de gasolina empezó a fallar y el coche se apagaba. Entonces encendimos la bomba secundaria, pero eso solo está permitido cuando te queda medio tanque lleno. ¡Nosotros teníamos el tanque lleno! Luego, justo después del comienzo, ¡no entraba la segunda marcha! Luego la quinta. ¡Luego la primera también! Nos tuvimos que conformar con la marcha atrás, la tercera y la cuarta. Vaya coche. ¡El cacharro estaba maldito! Pero no nos rendimos, ¡seguimos adelante!…

Cambio de conductor, cambio de frenos…

Cayendo la noche

Repostaje

Después de unas 12 horas de la carrera, nuestro coche finalmente se dio por vencido.

Fue remolcado hacia el garaje y todos los conductores y técnicos se fueron a descansar. La EGR (Recirculación de los Gases de Escape) falló, luego el turbo. Luego salió humo negro del tubo de escape y del motor (puedes ver las marcas que dejóen el costado del coche). El coche se apagó para siempre. Y eso fue todo. Finito.

Sí, ha sido una pena no habernos podido duchar con champagne este año como lo hicimos hace cuatro (entonces teníamos un Fiat 500. El Kia es un poco más poderoso).

La próxima vez tendremos que ser más cuidadosos y estar mejor preparados. Necesitamos enviar el coche con anticipación, una o dos semanas antes de la carrera y asegurarnos de ser meticulosos con su arreglo para que no se estropee como esta vez. Después de este golpe de mala suerte y esta derrota, necesitamos retroceder, reflexionar y hasta meditar y hacer un inventario para aprender de nuestros errores y no repetirlos. No estamos acostumbrados a perder o a rendirnos.

Después de estas palabras tan optimistas, he terminado por hoy. Para los que me leéis  hasta el final, ¡gracias por vuestra paciencia! ¡Ciao!…

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