Mayo 26, 2015
Mi viaje por Gabón, Israel, Francia y el Grand Prix de Mónaco
Hace tiempo que no publico nada ya que la semana pasada resultó ser totalmente frenética, sin un solo momento libre para darle a las teclas.
Ahora os pongo un poco al día…
Desde el lunes pasado hasta el sábado, he conseguido visitar cuatro países de tres continentes: Gabón, Israel, Francia y Mónaco. Para conseguirlo, tuve que coger seis vuelos, uno al día de media. Ahora bien, aunque estoy acostumbrado a los horarios apretados, la semana pasada fue simplemente ridícula: tanto no parar es demasiado para el cuerpo y la mente. He tardado toda una semana en volver a la normalidad.
De todas formas, aunque no tuve tiempo para escribir, siempre hay tiempo para hacer fotos.
A continuación, os muestro, dividido en cuatro partes que corresponden a las cuatro etapas de mi viaje, un pequeño reportaje de fotos con una pequeña explicación de mi tour internacional de la semana pasada.
1. Gabón
Fuimos a Libreville para el evento “Shield Africa-2015“, a la “Exposición Internacional de Defensa y Seguridad Nacional”, que ahora mismo tiene un sabor claramente cibernético. Para mi grata sorpresa, ¡me pidieron que inaugurara el evento junto al ministro de defensa del país! Fue un placer aceptar, hubiera sido muy grosero decir que no. La ceremonia de inauguración contaba con una manifestación anti-terrorista que fue todo un espectáculo. Aquí os dejo algunas fotos:
Dentro del recinto, la exposición se veía así:
Gabón planea invertir una buena parte de sus cuantiosos petrodólares en infraestructuras tecnológicas nacionales, e incluso en convertirse en un centro cibernético para toda África Central. Les deseo mucha suerte: es saludable, y muy necesario, apostar por la velocidad de Internet local. De todas formas, van a necesitar un socio en temas de seguridad si planean convertirse en una especie de ciber-Meca, y por esta razón nos invitaron a unirsnos. Digo “unirnos” aunque en realidad fue algo muy formal: nos invitaron a la recepción del presidente gabonés Ali Bongo Ondimba. Como es lógico, me sentí honrado y halagado. Por cierto, la parte superior de su torso me indica que el Sr. Ondimba puede levantar tres veces más peso que yo. Un respeto.
Estas son las vistas desde el hotel:
No vimos muchas más cosas que merecieran una foto, sin embargo, desde el avión de vuelta pudimos echar un vistazo a las fantásticas Cataratas de Kongou. Tengo que ir a verlas la próxima vez que esté en África Central…
África: terminada.
Siguiente parada: Tierra Santa…
2. Israel
Un salto de continentes en dirección noroeste hasta Israel. Una reunión amistosa con un socio y luego subir a las montañas que hay justo a las afueras de Jerusalem (ups, he olvidado cómo se llaman. ¿Puede alguien refrescarme la memoria?) ¡Y eso fue todo!
Israel: terminado.
3. Francia
Un vuelo rápido a París. Negocios, más negocios, aún más negocios, pero por fin pude ver una bonita puesta de sol en La Défense:
¡Y eso fue todo!
Francia: terminada.
Por cierto, el aeropuerto de París-Orly no merece la pena. Consejo de amigo: ¡Alejaos de allí!
4. Mónaco
Sip, fuimos allí para el Grand Prix. Seb quedó segundo; Kimi , sexto. Por supuesto, para nosotros no fueron los mejores resultados, pero decidimos no desanimarnos demasiado por ello y ¡absorber todo el glamur, el ajetreo y el ruido de los yates con auténtica curiosidad!
Por lo que a mí respecta, Mónaco es demasiado pequeño para la Fórmula 1, pero hay toda una historia para que el evento se haga allí. ¿Cómo van a dejar de hacerlo solo por estar un poco apretados? Mmmmm. Ver la F-1 es todo un deleite de todas formas, pero solo para los no claustrofóbicos :).
…y unas cuantas delanteras de repuesto.
¡El nuevo volante artilugio de Kimi!
Y todo ese ajetreo que he mencionado antes:
¡Observar yates allí es casi tan placentero como la Fórmula 1! ¡Imaginaos la cantidad de dinero que está aparcado en ese puerto deportivo!
¿En qué punto un yate se convierte en un barco totalmente equipado?
Medidas de seguridad de la vieja escuela.
Esto sí estuvo cerca :). @ una de las grandes e infames curvas.
Aún más infame: la curva cerrada de Fairmont.
No hay menús en este restaurante; “solo la pizarra”, nos dijeron 🙂
Tras una semana tan dura, por fortuna, un gran día. Solo arruinado por el estruendo de la música de los clubes durante TODA la noche justo bajo las ventanas del hotel. No me volveré a alojar allí nunca más.
Esto es todo por hoy, amigos. ¡Volveré pronto!…