Marzo 22, 2013
Nueva Zelanda 2013. Días 6-8. Inundaciones, bosques y senderismo
Día 6. Lo inesperado
Una aventura que se precie siempre tiene que guardar alguna sorpresa o evento inesperado. Y en la Isla Sur de Nueva Zelanda, nos esperaban unos cuantos. El primero de ellos apareció mientras hacíamos tiempo para embarcar en el ferry dirección a la isla. Se desató una tormenta torrencial que inundó y anegó todo a su paso. Como consecuencia, las carreteras permanecieron cerradas durante varios días y no pudimos visitar el Glaciar Franz Josef, el cual nos habían recomendado.
¿A alguien le apetece jugar al limbo?
Así, por segunda vez, tuvimos que postponer nuestro viaje al fiordo Milford Sound debido a la fuerte lluvia. Para llegar a este lugar, se necesita viajar en coche y pasar por un túnel realmente largo. Nos dijeron que el nivel del agua era tan alto que había taponado el túnel por completo. Menos mal que lo supimos antes de emprender el viaje y nos pudimos quedar, tranquilamente, en el hotel.
Nueva Zelanda es así. Algo sucede cuando menos te lo esperas. Como la carretera estaba cerrada por las autoridades locales, tuvimos que desviarnos de la ruta.
Entonces…os preguntaréis… ¿qué se puede hacer en Nueva Zelanda cuando el tiempo cambia los planes? Lo primero y más importante… no desesperarse. Solo es necesario cambiar la ruta en busca del sol. Se pueden cancelar fácilmente los hoteles sin que te pongan impedimentos y, en su lugar, reservar un nuevo alojamiento. Para hacerlo, solo es necesaria una tarjeta SIM con acceso ilimitado a Internet. De esta manera, ponemos en “espera” las zonas que no hemos podido visitar por el mal tiempo y volvemos un par de días después.
Además, no siempre las sorpresas son negativas. Por ejemplo, cambiar de planes por motivos meteorológicos y descubrir una carretera que ofrece un paisaje indescriptible no tiene precio.
Día 7. Escalada hacia el cielo
Por fin llegó el momento de apagar el motor del coche, coger nuestro saco de dormir y nuestra mochila llena de provisiones y poner rumbo a las montañas de Nueva Zelanda. Hay unos cuantos caminos totalmente europeizados en la Isla Sur y la vistas que ofrecen son… bueno… echad un vistazo a las fotos y decidid por vosotros mismos.
Ése es el camino… lo sé.
La gran cantidad de caminos que ofrece la Isla Sur es el sueño de cualquier amante de la naturaleza y el senderismo. Además, existen rutas de todo tipo de longitud; desde aquéllas más asequibles de una hora a otras que duran semanas para recorrer todo el paisaje (las cimas, los valles y los fiordos). En realidad, se necesita mucho más tiempo del que teníamos para conocer este lugar en profundidad… tal vez uno o dos meses.
Como es habitual en Nueva Zelanda, todos los caminos estaban perfectamente cuidados, con gravilla para facilitar la caminata. Además, siempre te encuentras baños públicos aunque estés a miles de millas de distancia del campamento base y pequeños puentes que te ayudan a cruzar los riachuelos. Incluso… no os lo váis a creer… la hierba está segada a ambos lados del camino.
A lo largo de las sendas, hay pequeñas áreas de descanso con zonas techadas donde resguardarse de la lluvia. Si queréis hacer una parada y montar una tienda de campaña, se debe reservar, con anterioridad, en Internet en la página del Department of Conservation.
El aparcamiento de tiendas de campaña
Baños
Sin haberlo hecho a propósito, elegir la mejor ruta de senderismo se convirtió en una tarea un poco difícil. No obstante, en nuestro viaje, nos encontramos con un centro de deporte extremo en Queenstown que nos ayudó a elegir la ruta Routeburn Track.
El camino era bastante sencillo y poco montañoso. La hierba era increíblemente verde y el agua de los manantiales, procedente de los glaciares, era limpia y transparente. Aunque parecía que no podría haber nada que estropeara la ruta, de repente surgió un “pero”…
Nosotros llegamos a la ruta en coche. La distancia entre el principio y el fin era de 25 millas. Así que decidimos hacer solo la mitad del camino, hasta el lago Mackenzie, pasar el día y acampar allí. Luego, al día siguiente, deshicimos el camino (de nuevo otras 15 millas) a través del bosque, las montañas y riachuelos… Nadie nos había dicho que durante más de una milla el camino era cuesta arriba y abajo.. y ¡creedme! Se necesita una buena preparación física para afrontarlo.
¿Cuál es la moraleja? Se debe tener mucho cuidado cuando se planifica una ruta de senderismo. No obstante, yo os recomiendo caminar unas 10 millas al día para, así, tener tiempo a descansar y llegar en perfectas condiciones.
Echad un vistazo a la primera foto, una mezcla muy poco común de montañas y sombras.
Día 8. El bosque de los hobbits
Sigo con las sorpresas de nuestro viaje… Aunque esta vez, no tienen nada que ver con los paisajes de Nueva Zelanda. De hecho… voy a cambiar de tema, totalmente. Os voy a hablar de la aviación civil. No os lo esperabais ¿verdad? Aunque parezca increíble, Nueva Zelanda y los viajes en avión tienen algo en común… En realidad, solo es un juego mío para darle un poco de emoción al post de hoy.
Como sabréis, todos los vuelos comienzan con una demostración de seguridad en caso de emergencia. Yo ya me sé todas las posibles variaciones del discurso “por favor, apaguen sus aparatos eléctricos durante el despegue y atarrizaje”. De todos modos, algunas compañías dan un giro completo a la rutina y convierten estos protocolos en todo un espectáculo. Aquí os dejo, las alternativas más interesantes a las tediosas instrucciones de emergencia.
KLM – vuelo a Amsterdamm:
Air Asia – no lo hacen nada mal:
Southwest Airlines – versión rap:
VietJet Air – no dejéis de volar con esta compañía. De todos modos, creo que fueron multados después del show:
Cebu Pacific Air (Filipinas) – un poco de baile siempre viene bien, pero esa música…
Ahora es el turno de los finlandeses… haciendo un poco el ridículo con la nariz roja:
Y volviendo al tema de nuestro post…
…los kiwis (y su equipo de rugby):
Y por último… al más puro estilo hobbit:
Por supuesto… ¿que sería de Nueva Zelanda sin los hobbits, elfos y orcos? Desde que se rodó la película “El Señor de los Anillos”, el país saca el mayor partido posible a la novela de Tolkien. Los rumores dicen que el mundo de los hobbits genera millones de dólares al año. Existen guías especiales que te muestran los escenarios de la película, los cuales están plagados de turistas haciendo miles de fotos y vídeos. En realidad, toda Nueva Zelanda es un set de rodaje 🙂
En el segundo día de nuestro paseo por las tierras hobbit, pudimos ver la cascada Earland Falls. Me dijeron que aparecían en la película, alrededor del Castillo de Elrond en Rivendell. Aunque no sé si es cierto…
A parte de la cascada, hay multitud de sitio maravillosos… qué digo maravillosos… ¡indescriptibles! Os aconsejo que visitéis este lugar si un día viajáis hasta Nueva Zelanda.
Aquí os dejo una foto de una roca realmente extraña…
¡Esto es todo amigos! Pero no os preocupéis porque, en breves, os contaré el resto de mi viaje.
Si queréis ver más fotos, siempre podéis visitar mi perfil de Flickr.
Para los que no hayan leído mis posts anteriores sobre mi aventura en Nueva Zelanda:
