Noviembre 19, 2013
SQ22: el vuelo más largo del mundo…
¡Hip hip hurra! Una vez más, he cumplido uno de mis sueños: volar desde Singapur a Nueva York, (casi) la ruta comercial más larga en el mundo y, probablemente, la más larga en la historia de la aviación civil. El vuelo dura aproximadamente entre 18 y 20 horas (dependiendo de los vientos). Sin escalas, con un solo depósito de combustible, recorriendo 16.000 km. ¡Increíble!
He escrito “casi” porque, de hecho, el vuelo más largo del mundo es el que viaja en sentido contrario: desde Nueva York a Singapur. Los vientos son más suaves y dura 15 minutos más.
En realidad, solo se tarda cinco horas y media desde Singapur a Nueva York; el avión despega a las 12.30 h y aterriza a las 18.00 h del mismo día. Por supuesto, 12.30 hora de Singapur y 18.00 hora de Nueva York. De todos modos, suena más alentador que 18 horas… No obstante, durante el viaje siempre estás atendido por un gran número de azafatas muy diligentes.
Esta mega ruta se realiza en un Airbus A340-500s. Solo hay espacio para 100 pasajeros y se vuela exclusivamente en clase business.
A volar…
13:02 h – Acelerando…
13:03 h – ¡En el aire!
El avión acelera y asciende de forma lenta, pesada y temblorosa. “Un gran tanque de queroseno con cola y alas” es lo que realmente es. Si hacemos caso a Wikipedia, este artefacto lleva 220.000 litros de combustible para recorrer la gran distancia entre Asia y América.
220.000 litros para 100 pasajeros y la tripulación. Esto hace, aproximadamente, 2.000 litros por persona. ¡Dios mío! Me avergüenzo un poco de ser tan afortunado de viajar en un vuelo tan fuera de lo común, que necesita tantos recursos para tan poca gente. Pero… qué podíamos hacer… era imposible llegar en barco.
¿Afecta también este exceso burgués a las conciencias de los empleados de Singapur Airlines? Después de todo, los singapurenses han decidido eliminar esta ruta, pero no tanto por su preocupación por el medioambiente como por la subida del precio del combustible. El 23 de noviembre será su último día. Si queréis leer más al respecto, no os perdáis esta noticia. He tenido mucha suerte por la oportunidad de ser uno de los últimos pasajeros que disfruten de este maratón aéreo.
13:30 h – Todavía cogiendo altitud media hora después de haber despegado del aeropuerto. Solo estamos a 7.000 metros del suelo (hora de Singapur).
Singapur y el noroeste de EE.UU. son polos opuestos en términos de longitud desde el ecuador. Existen dos vías para viajar de un destino a otro: a través del Polo Norte (Japón, Kamchatka, Alaska) o hacia la izquierda (Siberia, Escandinavia y Groenlandia).
Singapur Airlines es la única compañía cuyas rutas se dirigen hacia la derecha del globo. Vuela hacia el oeste hasta Houston (Singapur – Moscú –Houston) y hacia el este hasta Nueva York (tal y como hemos hecho nosotros). Los malayos están intentando hacer lo mismo. De hecho, una vez he visto un avión de Malaysia Airlines en Buenos Aires.
14:05 – Hemos despegado hace una hora y seguimos hacia Tokyo (mi ciudad favorita en el mundo) y Kamchatka (mi región favorita en el mundo). ¡Qué bien! Solo un pequeño detalle… quedan 17 horas más de vuelo.
¿Qué puedo hacer para entretenerme durante todas estas horas? Para la gente que no está acostumbrada a viajes largos es una pesadilla solo pensarlo…
Aquí van algunos consejos. En primer lugar: encender el ordenador, conectarse a la red Wi-Fi del avión y echar un ojo al correo electrónico. En mi caso, aprovecho los vuelos para leer los miles de mensajes que me llegan. Normalmente nunca tengo tiempo para hacerlo.
Sin embargo, en esta ocasión he tenido algunos problemillas para llevar a cabo esta tarea. La batería de mi ordenador estaba descargada y los enchufes de mi asiento no funcionaban. ¡Y eso que en Singapore Airlines se jactan (y normalmente con razón) de mimar a sus pasajeros! Al final he tenido que ir a la cola del avión, donde había un asiento vacío donde enchufar mi ordenador.
15:10 h – La hora de disfrutar de algunas delicatessen asiáticas. ¡Rico!
Nada que ver con el típico pollo o ternera
15:50 – Sobrevolamos Manila.
16:15 h – La segunda batería de mi portátil se agota (la primera ya estaba medio vacía cuando comenzó el vuelo, por eso ésta se ha muerto tan pronto).
¡Otro consejo más! Durante el vuelo, he visto una peli americana súper extraña con unos diálogos muy raros. Me pregunto a quién le puede gustar un filme así. Nota mental: acordarse de descargar en el ordenador películas buenas… Después del primer fiasco, intentaré ver otra película hollywoodiense de serie B. 🙂
18:55 h – Ya hemos sobrevolado Tokio.
21:30 h– ¡Kamchatka! Una pena que no pueda verse nada por la ventanilla. De todos modos, estamos bastante lejos de la orilla de la península…
Es bastante curioso, para ir de Singapur a Petropavlosk-Kamchatsky son necesarias ocho horas y media de vuelo, ¡el mismo tiempo que se necesita para llegar de esta ciudad rusa a Moscú!
Y el viaje continúa… Alaska, Canadá, la región de los Grandes Lagos…
¿Qué más se puede hacer para pasar el tiempo durante un vuelo tan largo? Después de limpiar el buzón de correo electrónico, leer algo, ver una peli o dos, lo ideal es ponerse a dormir. ¡Además los asientos son grandes y cómodos!
Después de una larga siesta, ¡Hemos llegado antes de lo que esperaba! ¡Noooo! Otra vez, no he conseguido leer todos los emails, no he terminado mi libro, ¡ni he llegado al final de la segunda película! ¡No he seguido ni uno solo de mis consejos! Pero hay que admitirlo, ¡no hay nada mejor que dormir!
PD: Al final no han sido 18 horas de vuelo, sino menos. Los vientos han estado de nuestro lado y nos hemos ahorrado 40 minutos de viaje, con un total 17 horas y 20 minutos.
06:23 h – ¡Hemos pisado tierra! O, visto del otro lado… 30:23 – ¡Hemos pisado tierra!
¡Lo hemos conseguido! Hemos hecho el viaje más largo del mundo (bueno, hasta dentro de tres días). ¡Quiero una camiseta para celebrar el evento!
Podéis ver el resto de las fotos de mi viaje en mi cuenta de Flickr.
¡Esto es todo por hoy! Volveré pronto con otras historias desde un circuito muy interesante…