Tya-tya-chá.

El volcán Tyatya en la isla de Kunashir es uno de los más bonitos del mundo, sin duda. Así que si Atsonupuri es como el Aston Martin de los volcanes, puedo decir que el Tyatya es el Rolls Royce.

Tiene una forma casi cónica, con el pico cortado. Del cráter hacia arriba tiene otros 300 metros de un cono más fresco.

Si tienes suerte con el clima, puedes ver el volcán completo, y me han dicho que las vistas son fantásticas. Por desgracia, nos tocó verlo una tarde nublada. Aún así, es posible observar este espectáculo natural durante años, sin importar que el clima sea favorable o no.

Tuvimos algo de suerte. En la cima, el sol estaba radiante sobre nosotros sin que una sola nube nos echara a perder el día. Pero al descender encontramos una densa neblina sobre el mar, así que lo único que vimos fue la cima del volcán Ruryui por un lado y el Berutarube en la isla de Iturup del otro lado.

No nos podemos quejar del clima que tuvimos en general. Durante toda la excursión, de norte a sur, las condiciones climáticas fueron buenas en comparación con lo que nos habían dicho que nos podía tocar. Aún así, los días soleados en esta esquina del globo se cuentan con los dedos.

Así que, Tyatya…

Las torres volcánicas a 1.819 metros sobre el nivel del mar (de hecho un poco menos porque el cráter se colapsó un poco). Escalarlo es cansadísimo y lleva años subir a pie, aún así la ida no es tan intensa, y subir y bajar en un día, es una idea razonable. ¡Pero es mucho más divertido subir en quads!

Nos han dicho que antes era casi como una batalla durante varios kilómetros porque había palos de bambú tirados por todo el camino. Ahora el trayecto es más fácil. Desde la costa hasta los pies del volcán no hemos tenido ningún problema con los quads.

Después de un par de horas de quadding, nuestro equipo se separó entre los que estaban reventados y los que todavía tenían fuerzas para seguir. Entonces dividimos el grupo en dos: el alce, que andaba más rápido y los cangrejos, descansando cada dos por tres y lentos, como cangrejos.

Los cangrejos

El alce, después de una hora de acrobacias sobre lava solidificada, por fin llegó a la parte sur del cono. Y ahí…

Al alce seguro se le acabó el ejercicio. La lava estaba desnivelada, y las rocas se desmoronaban bajo nuestros pies, así que teníamos que ir con cuidado. Los bastones para andar son indispensables, sin mencionar las cantidades de agua.

Cuando crees que ya estás a unos pasos del cráter, te das cuenta que ¡falta un largo camino para llegar! La cima topográfica real está a 200 metros en sentido contrario al reloj. El viento sopla, fumarolas de humo, las botas se deslizan… ¡maravilloso! ¡Por lo menos te puedes divertir gritando todo lo que quieras escuchando tu eco!

El paisaje desde lo alto del volcán Tyatya, por @e_kaspersky. Te hace querer bailar el cha-cha-cháTweet

En la vertiente occidental hay restos de un helicóptero Mi-8, que tristemente se estrelló por un lado del volcán, en 1983. Nadie sobrevivió. Un macabro espectáculo.

En el camino de vuelta tuvimos que acelerar el paso, ya que estuvimos mucho tiempo en el cráter. Teníamos que bajar, subir al barco y dirigirnos a Yuzhno-Kurilsk, donde nos esperaba un bonito y acogedor hotel. Aún con toda la prisa, no llegamos a tiempo al barco antes de que los guardias fronterizos terminaran de trabajar, sin guardias fronterizos no podíamos cruzar la frontera. Así que, para el gusto de todos, nos quedamos una noche más a bordo del “Atenas”.

El resto de las fotos, aquí.