Febrero 7, 2014
Un elefante verde en la sala
¡Hola a todos!
Hace unas semanas, deambulando por el barrio de Londres West End (siguiendo la recomendación de un amigo mío coleccionista de arte) llegamos hasta la calle New Bond Street, donde se encuentran las grandes casas de subastas de la metrópoli. Llegamos en el momento adecuado porque, justo unos días antes, había estado en el Tate Modern, como un niño en una tienda de golosinas, deseoso de llevarme alguna pieza de arte moderno para nuestra oficina. Y justo allí, encontré lo que buscaba.
Era una figura brillante, verde esmeralda, reluciente…. ¡Un elefante! Con un ángel dorado sobre su lomo tocando un cuerno. Era grande, elegante… una pieza increíble de bronce. Simbolizaba la esperanza: “un futuro prometedor y afortunado”. Además de su significado, me enamoró su estética, nada que ver con las exhibiciones alocadas típicas de este museo. ¡Amor a primera vista!
Lo que más me llamó la atención de esta pieza fue su color: ¡verde! Éste ha sido el color de Kaspersky Lab durante años: los productos, nuestro logo, tipo, mascotas… incluso los muebles de las oficinas de todo el mundo. Otro motivo por el cual me quedé tan fascinado con esta escultura es lo maravillosamente surrealista que es. Con el estilo único e inconfundible de su autor. Desde hace años, siempre sigo sus obras en cualquier sitio al que voy, especialmente en Cataluña y Florida. ¿Sabéis de quién estoy hablando?
En resumidas cuentas, los factores de la ecuación cuando vi a este elefante hace unas semanas fueron:
Verde Kaspersky Lab + belleza estética + obra de un artista al que admiro + un futuro fantástico por llegar = ¡Tiene que ser mío!
Avancemos en el tiempo hasta hace un par de días…
A comienzos de esta semana, tuvo lugar una subasta en New Bond Street en Chelsea. Se palpaba la tensión en el ambiente, la adrenalina llenaba la sala, me imagino que es algo totalmente normal en este tipo de eventos. El “Elefante del Triunfo”, éste es el nombre de la escultura, resultó ser más popular de lo que yo pensaba. Pero ¡no podía ser de otra forma! Después de los nervios y el ritmo cardiaco totalmente acelerado…. ¡Gooooooool! El elefante y el ángel ya estaban en nuestro poder. ¡Hurra! Grande, verde, dorada y magnífica.
Las piernas alargadas como si se tratase de un insecto son un símbolo recurrente en las obras del artista, el cual representa el futuro o, para ser más exactos, “la fragilidad entre el pasado y el futuro”. Los elefantes, en sí mismos, simbolizan la fuerza, el dominio y el poder. Además, el ángel también tiene su propio significado (muy presente en el surrealismo), pero, en esta ocasión, es la representación de un futuro brillante. Algo muy bonito, si tenemos en cuenta la guerra informática que nos acecha…
Por si no habíais caído en la cuenta aún, Salvador Dalí (el autor) creó 14 elefantes del triunfo. Cuatro se los quedó él (¡no me extraña en absoluto!), ocho se vendieron y los dos restantes se los regaló a los trabajadores que le ayudaron en la obra. Nuestro elefante es el número 4 de aquellas estatuas puestas a la venta. De hecho, pertenecía a una colección privada suiza pero… en nada… tendrá un nuevo hogar: nuestra nueva oficina. ¿En cuál de los edificios lo colocaremos? No sé por qué pero presiento conflicto al respecto…
Espero que nuestro elefante verde, algún día, se exhiba triunfalmente en algún museo y que otras personas, además de los empleados de Kaspersky Lab, puedan admirar este espécimen tan maravilloso. Al fin y al cabo, el arte está para compartirlo y disfrutarlo.
Estoy seguro de que esta escultura generará opiniones encontradas: algunos la amarán como es mi caso y a otros muchos no les gustará. Pero, apuesto cualquier cosa a que no pasará desapercibida y todos querrán sacar una foto con su smartphone 🙂