Octubre 10, 2013
“Vivir es luchar sin tregua contra los trols”
La euforia tras nuestra última victoria contra los trols de patentes ha decaído un poco. No obstante, fue realmente satisfactorio leer la cantidad de medios que se hicieron eco de la noticia así como los múltiples comentarios que nos enviaron los usuarios. Pero la guerra tan solo ha comenzado y nos queda mucha lucha por delante. Así que aprovecharé para hacer un breve resumen…
En primer lugar: nunca se debe bajar la guardia. No importa lo bien que se haya hecho. No debemos dormirnos en los laureles ni confiarnos. En nuestro caso, nuestra segunda victoria en los tribunales supuso un toque de atención para todos los trols de patentes. Tal vez, la próxima vez no abandonen tan pronto el campo de batalla, al menos en principio.
Debemos estar preparados. Pero… ¿cómo podemos hablar de principios en un asunto como éste? El término “principio” no incluye el símbolo del dólar por ninguna parte. De todos modos, nuestro equipo legal está listo y armado con el fusil en alto. ¡Estamos 100% preparados!
¿Cómo hemos llegado hasta esto? ¿Hasta qué punto estos parásitos están haciendo peligrar la innovación tecnológica? Para entender esta paradoja, tenemos que profundizar en cómo funciona la economía de un trol. Ya he escrito al respecto, pero quiero ofreceros un enfoque desde otro ángulo.
El alma de este negocio se basa en lo siguiente:
- En la imperfección del sistema de patentes estadounidense que usa fórmulas concretas y poco adecuadas para describir dichas patentes; permitiendo que se protejan las ideas en vez de su implementación práctica.
- La rareza del sistema legal de EE.UU. que dicta que cada parte en un caso judicial debe pagar sus propias costas, sin importar quién gane o pierda.
- La imposibilidad de contraatacar, ya que los trols no desarrollan ninguna tecnología y lo único que se puede conseguir es que invaliden su patente y paguen los costes del juicio. No obstante, esto es bastante caro, arriesgado y conlleva su tiempo.
Ya se han conseguido algunos cambios en el segundo y tercer punto (¡Hip, hip, hurra!). En Kaspersky Lab hemos aportado nuestro granito de arena, colaborando con otras compañías IT para que se realicen reformas en la legislación y ayudando con nuestra experiencia y conocimiento.
El segundo apartado es el más interesante…
¿Qué pretenden los trols cuando bombardean a sus víctimas con miles de cartas por supuestas violaciones de sus patentes?
Primero, a las grandes compañías les resulta más rentable y menos arriesgado pagar que ir a los tribunales. Las cantidades que se piden son astronómicas comparadas con la “multa” a pagar al trol.
Segundo, las pymes no disponen de los fondos suficientes para pagar las costas judiciales y, por este motivo, ni tan siquiera contemplan esta opción.
En ambos casos, los parásitos se convierten en claros ganadores, engordando sus cuentas bancarias y comprando más patentes. Un círculo vicioso de injusticia absurda.
¿Cómo podemos parar esta locura? ¿Existe algún remedio para esta enfermedad?
Bueno… existe una medicina con receta médica que podría ser la cura definitiva… El medicamento en cuestión contiene un ingrediente muy potente: no actuar a corto plazo.
Las grandes compañías piensan de la siguiente forma: si vamos a los tribunales, nos gastaremos XXX millones; en cambio, si claudicamos, solo nos costará miles de YYYY. Para mantenerse a salvo, suelen comprar las “licencias” a los trols e incluso convertirse en sus inversores para obtener precios de ganga. Sin embargo, esto deriva, a veces, en situaciones realmente cómicas donde los inversores tienen que ir a juicio contra ellos mismos… (como le sucedió a Google) o contra sus socios (como el caso de Apple).
En otras palabras, las grandes compañías actúan según el cliché capitalista clásico (beneficios a corto plazo), sin pensar demasiado en el futuro. Pero, no se dan cuenta que todos estos acuerdos, con el tiempo, les resultará más caro que luchar contra el sistema de patentes.
El problema reside en que la dirección de estas entidades solo piensa en su propio interés a corto plazo (especialmente hoy en día), los directivos no serán los mismos dentro de cinco años o más. ¿Por qué perjudicar el balance de la empresa con guerras costosas y sangrientas que pueden acabar con los altos mandos en un santiamén?
Los dueños o inversores de dichas entidades empeoran las cosas al dejarse llevar por los beneficios rápidos. ¿Dónde queda la justicia, la bonanza a largo plazo o el desarrollo tecnológico? No llevar la contraria a los trol supone el alza de las acciones a corto plazo, las cuales se venderán a medio plazo. Nada más.
Me temo que este es el statu quo.
Y con respecto a las pymes… ¿quién cubre las costas legales? Bueno, primero, me gustaría proporcionaros algunos números que demuestran el abismo entre los recursos y los fondos necesarios para las pequeñas y medianas empresas. Nuestros dos litigios contra los trols de patentes nos costaron 2,5 y 1,5 millones de dólares, respectivamente. Hoy en día, los tentáculos de estos parásitos alcanzan a los pequeños desarrolladores de aplicaciones móviles, quienes no tienen medios suficientes. Así que los trols consiguen sus beneficios de un modo diferente…. A través de los royalties.
Dada la avaricia de estos últimos, las pymes necesitan ayuda legal y financiera. Además, sería recomendable que unieran sus fuerzas para combatir este “mal”. Es cierto que está la EFF, un grupo público de apoyo formado por abogados especializados en patentes… pero, la situación no ha cambiado demasiado con respecto a estos parásitos. Si lo hubiese hecho ¿por qué la gran mayoría de los proveedores IT siguen alimentando a los trols?
Todavía no está suficientemente claro la forma en que se puede poner en práctica a este grupo de apoyo. Es un asunto extremadamente complicado y, actualmente, seguimos dándole vueltas una y otra vez.
Mientras tanto, continuamos compartiendo nuestras experiencias contra los trols y los conocimientos adquiridos durante nuestras batallas sobre cómo prepararse para los juicios, cuáles argumentos utilizar etc. Grupos públicos de apoyo (muy bien armados) no sólo podrían ayudar a miles de innovadores a poner en práctica sus ideas por el bien de la humanidad entera y de nuestro planeta, sino romper ese círculo vicioso.
Cuando los gastos legales de los trols superen los beneficios (y cuando bajen los costes para las víctimas), entonces estos parásitos perderán su esencia y podremos extirpar esta enfermedad desde la raíz de una vez por todas.
Trols de patentes: no os dejéis engañar por la imagen que evocan estas palabras. No estamos hablando de esos pequeños seres tan monos, con ojos de gatito que tanto nos gustaría tener en nuestros brazos. Los trols de patentes son parásitos muy feos, codiciosos y sin escrúpulos, que no aportan nada y solo quieren sacar la mayor cantidad de dinero posible a las empresas tecnológicas. Además, tienen la desfachatez de afirmar que son entidades importantes y útiles para la sociedad y para el desarrollo mundial (¿?).
En 2011, solo en EE.UU., el chantaje de los trols costó 80 mil millones de dólares, teniendo en cuenta los costes directos e indirectos. Estoy seguro de que será esta cifra será más o la misma para el 2012. Calculando entonces las pérdidas de cinco años, ¡llegamos a 400 mil millones de dólares! ¿A dónde se ha ido todo ese dinero? Seguramente no se ha invertido en el desarrollo de nuevas tecnologías. Me pregunto qué hubiéramos podido tener ahora si no se hubiera robado ese dinero a la innovación. Muchísimas cosas, sin duda.
Entonces, nuestras conclusiones son muy sencillas: tenemos que acabar con esta pesadilla de una vez por todas. Que empiece la batalla.
(*Henrik Ibsen, XIX secolo)