KL: 15 años – ¡El tiempo pasa volando!

Kaspersky Lab tiene 15 años. Creerme, eso es mucho tiempo. En la industria de IT es toda una época, o mejor, varias épocas. 

En 1997, cuando la compañía Kaspersky Lab fue fundada, nuestro enemigo principal era el cibervandalismo. Sin embargo, al inicio de la década de 2000, éste fue superado por la ciberdelincuencia organizada, y nuestra tarea empezó a ser mucho más complicada. En el otro lado, ya no había sólo un puñado de hackers coordinados, sin más, sino que se establecieron grandes estructuras trasnacionales de cibercriminales coordinadas entre sí –ilegalmente empezaron a ganar millones de dólares.

Hoy en día, los cibercriminales son un fenómeno nuevo y mucho más temible –ciberguerra. Recientes ciberataques como Stuxnet, Duqu y Flame muestran como no es sólo un ‘negocio’, pues a la política, que está detrás de esta guerra cibernética, no le interesa el dinero.

Ellos tienen diferentes objetivos. Las actividades de la ciberguerra son a mayor escala, o mejor dicho, con más alcance, pues la fuerza destructiva de los ataques ha aumentado también. Hemos observado lo mal protegida que está la infraestructura de IT, que puede ser invadida para paralizar ciudades enteras, industrias, incluso países. Así que hemos entrado en una era nefasta – la de la guerra cibernética. Lo que tenemos que llevar a cabo, en respuesta a lo sucedido, es unir nuestras fuerzas en una lucha mundial por la seguridad.

Para nuestra empresa esta nueva era es todo un reto. Los ‘postes’ se han movido, pero nos estamos moviendo con ellos. Nuestros 15 años de experiencia nos avalan. Siempre hemos tenido que hacer frente a nuevas amenazas, por lo que nos hemos acostumbrado a permanecer siempre en guardia, y a no descansar ni un segundo. Puedo asegurar que nuestros chicos trabajan las 24 horas, los siete días de la semana y los 365 días del año para mantener la protección contra las amenazas. Durante nuestros 15 años de historia hemos conseguido una gigantesca base de datos, que alberga más de 94 millones de malware y alrededor de 300 millones de archivos seguros (listados seguros).

Todo comenzó con el virus Cascade, que encontré en mi ordenador en 1989. Las letras comenzaron a caer en cascada por la pantalla, como pasaría en la película de Matrix años más tarde. Analicé el virus y luego desarrollé una herramienta de desinfección para ello. Desde entonces, cada vez más personas recurrieron a mí en busca de ayuda. Los virus fueron apareciendo con más frecuencia, no tenían piedad y causaron grandes destrozos en muchísimos ordenadores. Estaba claro que se necesitaba protección y rápidamente.

Mi primer honorario por este trabajo fue una caja de disquetes de cinco pulgadas. Pero el rápido avance, durante la segunda mitad de la década de los noventa, hizo que la situación cambiara para bien, y también nuestros honorarios: se firmaron dos megacontratos, con los que ganamos bastante dinero para los tiempos de escasez en Rusia. El primer contrato que conseguimos fue para la instalación de antivirus en los equipos más importantes de la Unión Soviética en Bulgaria para una cooperativa Kiev (que había estado sufriendo los ataques de los virus, que corrompen los datos de los discos). El segundo contrato de concesión de licencias con nuestra tecnología antivirus era para uno de los sistemas experimentales de la época.

En ese momento prácticamente todos los antivirus… utilidades (realmente no se podía llamar así a los productos de entonces) se presentaron como “curanderos” con una línea de comandos  (médico/curación C:”) o un “vigilante de seguridad”, el que fue el precursor de HIPS moderno y los “behavior blockers”. En aquel entonces nuestra ventaja fue tener la interfaz de usuario adecuada  (en régimen de texto de MS-DOS) con la ayuda del ratón (!). El programa también incluyó guardianes de seguridad y utilidades de análisis para la memoria del sistema y el descubrimiento de nuevos desconocidos virus MS-DOS resident.

En 1990, nuestro ‘Doctor’ Eugene Kaspersky había descubierto 34 virus: aparecía un nuevo virus cada dos semanas más o menos. En comparación con la actualidad, que en nuestra base de datos se añaden alrededor de 125.000 muestras todos los días. Así, aquellos tiempos bien podían describirse como tiempos añorados.

En 1991 empecé a trabajar en el Centro de Tecnologías de la Información KAMI, y Alexey de-Monderik también comenzó a trabajar allí, quien actualmente sigue siendo mi gran compañero de batalla en Kaspersky Lab. Nosotros nos conocemos desde hace años y hemos asistido juntos a clases de matemáticas avanzadas y física en un programa especial organizado por el Instituto de Física y Tecnología en Moscú. Siempre me acuerdo de aquellos días tan felices cuando miro la foto de graduación que guardo con cariño.

Mientras estábamos en KAMI Alexey “El Conde”,Vadim Blgdanov (otro gran amigo) y yo desarrollamos un programa antivirus que llamamos Antiviral Toolkit Pro (AVP). Este software se convirtió en el modelo para la base del producto actual de Kaspersky Lab. En la década de los noventa AVP 1.0 era realmente innovador.

Todo lo que es innovador en la actualidad es rápidamente patentado. Sin embargo, hace once años, aunque no se nos ocurrió patentar nuestras tecnologías, no teníamos ni los recursos, ni la experiencia en solicitud de patentes. Por lo tanto, nuestras primeras creaciones fueron patentadas por diferentes compañías estadounidenses.

Cuando llegó el año 1995-1996, las nuevas tecnologías aparecieron fuertes y rápidas: varias versiones de AVP 1, y varios de AVP 2. Además de estos productos -para el sistema operativo de ese tiempo (MS-DOS) – también se dio a conocer un producto que proporcionó protección para servidores Novel – AVP para Novell 1.0

Con el nombre de AVP hay una historia divertida que contar: ¡Un error se convirtió en una marca! Antiviral Toolkit Pro, debía ser, por supuesto, ATP. Pero cuando enviamos los archivos al Centro de Pruebas de Virus de la Universidad de Hamburgo, por error los archivos comprimidos fueron nombrados como avp.zip (en lugar de atp.zip). Cuando me di cuenta, el producto ya se había vuelto muy conocido y evaluado por todo tipo de expertos extranjeros, por lo que ya no se podía hacer el cambio de nombre. Nos las arreglamos para salir de esta situación un poco embarazosa poniendo “AtiViral”, en la siguiente versión “AntiViral” (AntiViral Pro). Menos mal, ya que la marca se utilizó durante años. Por cierto, puedes encontrar la historia de varios de los productos de Kaspersky Lab de los productos más relevantes a lo largo de los años.

En esta época Natalya Kaspersky se unió a nosotros. Ella se involucró activamente en la ampliación de nuestros socios y ventas. En 1996, nosotros firmamos un contrato OEM con la empresa alemana G-Data para el suministro de nuestro motor antivirus (la empresa existía hasta el 2008). Fueron los alemanes los que nos buscaron a nosotros, y no al revés, y se convirtieron en los primeros de nuestros muchos socios tecnológicos.

Fue en esta época en la que nosotros de verdad nos pusimos a desarrollar un producto para Windows 95 y una multiplataforma motor –AVP 3.0. Ese mismo año se desarrolló una crisis KAMI. Todos estos factores juntos, nos llevaron a la siguiente etapa de nuestra historia – Vamos a ir solos…

Y así, ¡el 26 de junio de 1997 se registró la empresa! Tuvimos muchos problemas con la elección del nombre. Yo estaba en contra de usar mi apellido, pero mis colegas finalmente me convencieron al señalar que ya era bastante conocida por esto, y que no podíamos desaprovechar esta ventaja. Volver a empezar de cero era algo inútil y también costoso. Y si hablamos de dinero, nuestras fianzas no eran tan buenas después de la creación de la empresa. Cuando éramos 15 ó 20 personas las cosas no fueron fáciles, en absoluto. Las ganancias fueron inestables hasta el punto que a veces tuvimos que renunciar a nuestros salarios.

Con mucho gusto, estos años difíciles pronto se convirtieron en increíblemente productivos: En 1998, lanzamos nueve productos y fue revisado el motor del antivirus. Se firmaban contratos, llegó mucho más personal y aumentó la cuota de mercado. Poco a poco nuestra parte del pastel del mercado de antivirus ruso pasó de 5 a casi el 50%. Y para entonces estábamos ofreciendo, no sólo antivirus, sino también servicio de Soporte Técnico (En aquel momento para Rusia era un servicio único). Por cierto, el nombre actual de nuestro principal producto – Kaspersky Anti-Virus – se lanzó en noviembre de 2000. En ese momento estábamos protegiendo no sólo los ordenadores personales, sino también en los lugares de trabajo, servidores de archivos y de correos electrónicos en Windows, Linux y FreeBSD, y en redes Novell NetWare y servidores.

A comienzos de nuestro siglo, la empresa fue creciendo también geográficamente. En 1999, abrimos nuestra primera oficina en el extranjero –Kaspersky Labs UK en Cambridge. Este fue un hito muy importante en la historia de la compañía. Recuerdo que en una conferencia de prensa en Londres nos hicieron algunas preguntas no muy amables como “Tenemos muchas soluciones de seguridad, entonces ¿qué crees que nos puedes ofrecer?”. Así que les hablé sobre nuestras tecnologías únicas e innovadoras, y traté de que los periodistas entendieran la gran verdad: que nuestros productos eran superiores. Y lo hicimos ¡les convencimos! Tal vez no de inmediato, pero sí con el tiempo.

El negocio fue desarrollándose muy rápidamente –tanto en complejidad como a nivel geográfico: Yo recuerdo especialmente el año 2003, cuando se abría una oficina regional, tras otra, en todo el mundo — Alemania, Francia, España, Italia, Japón y China. Cuando llegó el año 2009 ya teníamos también presencia en Polonia, los Países Bajos, Suecia, Rumania, EE.UU., Corea del Sur y Australia. En el 2010, se convirtió en líder en el mercado de antivirus al por menor en los EE.UU., y, además, ¡empezamos a patrocinar a la Scudería Ferrari!

En estos 15 años, la compañía ha pasado de ser una pequeña empresa “familiar” a una corporación multinacional con más de 2.500 empleados. Ahora trabajamos y operamos de forma completamente diferentes a nuestros inicios: tenemos fondos,  conocemos perfectamente el mercado y nos reconocen mundialmente. Sin embargo, sigue intacta nuestra filosofía inicial. Y, hasta la fecha, nunca me canso de repetir: “Nosotros estamos aquí para salvar al mundo”.

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