Nueva Zelanda 2013. Primeras impresiones.

¡Hola a todos!

Hoy os muestro el plato principal de mi viaje a Nueva Zelanda (de hecho el primero de un menú de cinco platos, con postre incluido) que, lógicamente, sigue a la entrada de hace unas semanas (lo aclaro para aquellos que os la habéis perdido).

Día 0. Llegando al destino

Nueva Zelanda está muy lejos de cualquier lugar del planeta… A excepción de Australia, claro. Si alguna vez planeáis ir hasta allí abajo, debéis estar preparados: volar desde Europa lleva un día y medio de viaje. Desde Moscú a Auckland son más de 20 horas y desde Europa Occidental se añaden otras tres. Desde los EE.UU. (San Francisco o Los Angeles) o desde Chile (Santiago) son, aproximadamente, 13 horas. Si os encontráis en el viejo continente, se puede volar vía Tokio, Seúl, Shanghai, Hong Kong, Guangzhou, Bangkok, Kuala Lumpur, Singapur y otras ciudades. Si no os importa hacer dos escalas, también se puede llegar a través de Oz. Llegar hasta Nueva Zelanda (y Australia) no es una tarea sencilla, pero la verdad es que existen varias combinaciones de viaje. Además, soy una persona afortunada y he tenido la suerte de poder visitar este rincón del planeta en varias ocasiones. Ejemplos:

• En el año 2012, Australia – Europa. Escribí dos posts (texto 1 y texto 2) sobre mi viaje.
• USA- Australia (el texto está en ruso así que sólo os puedo mostrar las fotografías)
• Y de nuevo, USA- Australia.

Para aquellos que tengan miedo a volar, y más aún en un viaje tan largo, os aconsejo la mejor opción: dormir. Es realmente sencillo. No hagáis nada más, os lo digo totalmente en serio.

Además, nos ayuda con la siguiente dificultad del viaje… ¿sabéis cuál es? El jetlag.

Jetlag extremo

Con una diferencia horaria de 9 horas con Moscú (donde se encuentra la sede central de Kaspersky Lab), 12 horas con Europa Occidental, se suma el viaje tan largo hasta llegar a Nueva Zelanda. Así que imaginaos cómo estábamos cuando aterrizamos en el aeropuerto, especialmente aquellos que no durmieron.

Volar hasta Oz y luego Nueva Zelanda lleva dos noches. Además, los vuelos de la mayoría de compañías están organizados de tal forma que la primera noche la pasas en el primer vuelo y la segunda la pasas dirección a Nueva Zelanda.

Una vez llegas al destino… ¿qué hacer? Aunque resulte paradójico, lo primero que hicimos fue dormir, aunque no quisiéramos. El cuerpo tiene que acostumbrarse al horario local para coger un coche… y empezar a conocer el país.

Si vuelas hasta Auckland, la playa de Piha es visita obligatoria. Por cierto, si decidís daros un baño, os aviso de que el agua no está muy caliente precisamente. De hecho, bastante fresquita, diría yo. Después del baño, de vuelta a la ciudad para dar un paseo…

¡Atención! Un bañador Speedo 🙂

Cielo en Nueva Zelanda

Me habían recomendado que, una vez en Auckland, subiese a la famosa Sky Tower, el edificio más alto del hemisferio sur. La segunda plataforma (a 220 metros) ofrece las mejores vistas, la cual, además, no tiene los cristales tintados. Existen otras dos atracciones: observar a los turistas haciendo el SkyWalk (paseo alrededor del disco en la cima de la torre) o el Skyjump (saltar con cuerda desde 192 metros de altura). También podéis probarlo por vosotros mismos. Yo, en cambio, preferí observarlo desde la distancia.

Mi segunda recomendación es dar una vuelta por el centro de la ciudad, visitar Albert Park y el barrio de Devonport. Si todavía os quedan fuerzas suficientes, podéis seguir con una marcha a lo largo de la Península de Coromandel; donde hay gran cantidad de restaurantes chinos y japoneses. Desde que supimos que la comida iba a escasear en nuestro viaje (no todo serían ventajas), decidimos reunir provisiones en Auckland (una buena excusa para los más glotones).

Un ejemplo del cambio de tiempo en Nueva Zelanda

… y unos minutos después.

Día 1. Aviones, trenes y coches

Puedes viajar por Nueva Zelanda usando diferentes métodos; poseen una infraestructura de transporte muy desarrollada, más de lo que uno se puede imaginar. Puedes ir a pie, en una caminata, viajar en barco a los fiordos (el tiempo nos lo permitió), ir en bicicleta o en moto, haciendo autostop, alquilar un coche, volar en helicóptero… Y, además, hay un tren muy bonito para los turistas.

Sin embargo, si queréis “conquistar Nueva Zelanda en el menor tiempo posible”, el coche es la mejor opción. Debéis estar preparados para recorrer un montón de kilómetros para llegar de un paraíso natural a otro. El lado positivo es que el viaje será inolvidable.

La mayoría de las carreteras son de un carril por sentido  y sólo se pueden encontrar autopistas de dos carriles en las grandes ciudades. No obstante, una vez sales de las zonas urbanas, las carreteras están prácticamente desiertas. Además, las vistas son maravillosas. Tienes la sensación de estar rodeado por un paisaje pintado y retocado con Photoshop (especialmente en la Isla Norte). Todo es llano, precioso, impecable, brillante y muy colorido. Te invita a parar el motor del coche, observar la naturaleza y echarte una siestecita. De hecho, es lo que hicimos.

Highway to hell heaven

Más cielo azul

¿Podéis divisarlo?

Carretera a ninguna parte

Prácticamente todos los escenarios (bosque, lago, mar o montaña) están salpicados de preciosas vallas, cercando vacas o montones y montones de ovejas. Además, también se pueden ver corzos y otros animales, incluso pavos reales. Todos ellos encajan a la perfección dentro del paisaje, totalmente limpios como si se hubiesen duchado y puesto sus mejores galas antes de salir a pastar.

Beeee…

Quiquiriquííííííí…

Permitidme que os lo vuelva a recordar, por si acaso no ha quedado claro la primera vez: si queréis ver todo (o casi todo) necesitáis recorrer mucho kilómetros. En 17 días, hicimos 6.000 km incluyendo los días de trekking, esto hace una media de 300 a 500 km al día. El lado positivo de todo esto es que conducir por estas carreteras es un auténtico placer. Son la crème de la crème de las carreteras.

Isla Norte:

• Carretera estatal 26 – alrededor de la Península Coromandel. A lo largo de este camino, te encuentras con la playa Hot Water, donde podéis escavar piscinas en la arena.

Isla Sur:

• Carretera estatal 6: a lo largo de la costa oeste. No la pudimos recorrer entera porque algunos tramos estaban cerrados por el mal tiempo.
• Carretera estatal 73: a través de los parques nacionales de la costa oeste hacia Christchurch, los paisajes son indescriptibles.
• Carretera estatal 1: en la costa este, pasado Kaikoura. Aquí, las carreteras son parte del Alpine Pacific Triangle. Os puedo asegurar que esta ruta ha sido inolvidable.
• Y la carretera estatal 94: desde Te Anau a Milford Sound (los fiordos del sudeste).

Ahora es el turno de algunos consejos prácticos para aquellos que queráis realizar un “road trip” por Nueva Zelanda.

• Gran cantidad de gasolineras (fuera de las grandes ciudades) cierran a las seis, siete u ocho de la tarde y tampoco abren los fines de semana. Si tenéis suerte y encontráis alguna con un horario más flexible, sólo podréis pagar la gasolina con tarjeta (porque no hay nadie trabajando). Una de estas gasolineras “sírvete-tú-mismo” no aceptó ninguna de nuestras tarjetas. Por lo tanto, repostad antes de la tarde y no esperéis a que se encienda la luz del tanque.
• Los precios están en céntimos de Nueva Zelanda. Así, un litro no cuesta nada más que 200 dólares neozelandeses.

• Hay muchos policías. Se sientan y esperan a un lado de la carretera y conducen con coches sin identificar (así que cuidado con las normas de tráfico, os lo explico en el siguiente punto).
• Si se supera el límite de velocidad en 5 millas por hora, se multa al instante. En la ciudad, siempre están a la caza de los coches mal aparcados. Las zonas de aparcamientos están marcadas con “5″, “30″, “60″, o “120″ – el número de minutos que puedes tener tu coche aparcado en esa zona (gratuitamente).

Otros cuantos consejos más:

• Si planeáis moveros por las islas y “ver todo”, os aviso que no tendréis tiempo de lavar la ropa. No es necesario llevar un montón de ropa, ya que existen muchas tiendas donde comprar camisetas a lo largo del camino. Con respecto a otras tiendas, probablemente no tengáis tiempo de verlas abiertas, porque cierran realmente temprano.
• El clima en Nueva Zelanda no está mal del todo; lo mejor es llevar ropa de todo tipo: sandalias, camisetas, pantalones cortos y, por supuesto, ropa impermeable, por si acaso.
• Generalmente, no hay mosquitos o cualquier otro insecto chupóptero. Pero, de vez en cuando, te pica alguna que otra mosca. Así que no olvidéis incluir en vuestro equipaje un repelente de insectos.
• Por suerte, no hay grandes depredadores en los bosques de Nueva Zelanda (a parte de los humanos). Esto incluye osos, pero no como en Kamchatka. En lo que sí se parece a Kamchatka es que no hay serpientes. A juzgar por las señales de las carreteras, no solo pueden cruzarse en tu camino vacas y corzos, sino kiwis y pingüinos también.

Esto me recuerda el fenómeno del “kiwi loco”, pero este tema necesita varios párrafos así que lo dejaré para otro post…

Día 2. Entrenamiento en el subsuelo

La zona norte de la Isla Norte de Nueva Zelanda no ofrece mucho en lo que a maravillas de la naturaleza se refiere. Lo más interesante está por debajo de la superficie. Bajar hasta las profundidades de la Isla Norte fue un calentamiento para nuestro viaje. “Calentamiento” es el término exacto: un entrenamiento para el resto de nuestro itinerario. Nos convertimos en héroes del turismo en carretera: “Vacaciones hasta que caigas” como describió D.B. después de nuestra primera etapa de casi 800 millas. En comparación con esto, la primera parte del viaje fue pan comido.

Subterraneum nº 1: subsuelo natural

Fuente: murdocke23, Flickr]

Las cuevas de Waitomo: Glowworm, Aranui y Ruakuri. Sólo pueden visitarlas un número máximo de personas al día. Si eres un fanático de la espeleología y quieres conocerlas, te recomiendo que reserves la visita con antelación. Por el contrario, os encontraréis con nuestra situación: las visitas a Aranui y Ruakuri estaban completas y sólo pudimos entrar a Glowworm (con un tour cada hora). A pesar de los inconvenientes… nos gustó mucho.

Glowworm es única y como sugiere su nombre en inglés está llena de luciérnagas. ¡Las vistas eran magníficas! Los visitantes van en un bote a través de los túneles y los techos están cubiertos de “constelaciones” brillantes formadas por estas luminosas larvas. ¡Os lo recomiendo! Perdonad que nos os pueda mostrar imágenes pero estaba prohibido sacar fotografías.

No está permitido sacar fotos con flash porque la luz molesta a estos insectos. Lógico. Así que sólo se puede disfrutar de este espectáculo en persona.

Os dejo un documental de David Attenborough para la BBC sobre este fenómeno.

Subterraneum nº 2 – Hobbiterranea

El  Hobbiton –la versión real de la Tierra Media de Tolkien- es famoso en todo el mundo, tras convertirse en el escenario de la película “El Señor de los Anillos”; lugar donde habitaban los hobbits, orcos, elfos y demás personajes. Está situado cerca de la ciudad de Matamata, a  100 millas de distancia de las cuevas de Waitomo.

Nuestra primera parada fue, por supuesto, la taberna; donde disfrutamos de una serie de bebidas al más puro estilo hobbit.

Escogimos el tour guiado estándar, el cual nos mostraba los edificios, recovecos y rincones de Hobbitania (la mayoría eran falsos, al más puro estilo del Pueblo Potemkin) mientras nos explicaban los detalles del rodaje y demás curiosidades.

Lamentablemente, no pudimos conocer a ningún hobbit.

Perfecto para una reina (especialmente para Catalina la Grande)

Las madrigueras de los hobbits

¡Rápido! Enterrad el cuerpo aquí…

// Importante: Si decidís visitar las cuevas y Hobbitania en el mismo día, debéis tener cuidado con los horarios porque la última visita guiada al poblado empieza a las 17.30 h. Gracias a Dios, pudimos convencer al responsable de que hiciera una excepción con nosotros y nos enseñara la villa (“Hemos viajado desde muuuuuy lejos, ¿sabes?…). Ahora sí, ya he terminado de relataros la primera etapa de nuestro viaje a Nueva Zelanda.

El resto de fotografías de los primeros días de nuestra aventura, las podéis ver en mi perfil de Flickr.

En 3 ó 5 días, os contaré más cosas…