Marzo 5, 2016
UN LARGO VIAJE POR LOS ALPES
Sería una verdadera pena venir a los Alpes, la cuna del esquí alpino italiano, y no ponerse un par de esquís e intentar esquiar por las pendientes del valle que nos rodea. Ha pasado bastante tiempo desde la última vez que me puse un par de esquís… ¡en el 2012! Solía pasar una o dos semanas en los Alpes cada invierno. Ahora hay muchos asuntos de trabajo que tengo que atender, así que no he podido tomarme unas vacaciones para esquiar hasta que mis piernas no puedan más y me tiemblen las manos. Sin embargo, en esta ocasión he tenido más suerte: ¡tres días y medio de pendientes y paisajes alpinos! ¡Los Alpes son realmente fabulosos en invierno! // Es posible que sean iguales en verano, pero nunca los he visto en esa época del año. 🙂
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Por desgracia, el clima solo nos permitió esquiar un día y medio. Hubo un viento terrible, con una gran capa de nubes que trajeron consigo un gran manto de nieve que lo cubrió todo, dejándonos sin poder esquiar. De hecho, es un buen momento para escapar mientras los últimos puertos de montaña aún no están cerrados.
Ah sí, aquí podéis leer un poco más sobre el post de Ferrari F1 sobre hielo.
No pude conducir un coche de F1, aunque tampoco lo esperaba. Para conducir un coche de estos, debes tener una Superlicencia de la FIA y para cumplir los requisitos se requiere mucho trabajo y pasar varias pruebas en la pista de carreras. Sin embargo, sí que pude conducir un Maserati levantando algo de nieve.
Si algo está claro es que este cochazo italiano no está hecho para la nieve. Es muy pesado y demasiado elegante para ello. Parecía que estaba intentando controlar una pesada lancha motora. Un Maserati en la nieve es como intentar arrastrar un remolque muy cargado por el agua. Tiene un gran impulso (después de todo, es muy pesado), reacciona muy lento al acelerar (el equipo es demasiado elegante). De vez en cuando, el coche se atascaba, así que tuve que recurrir a la fuerza bruta menos sofisticada para ayudar a tirar de la “multitud de caballos” que se encontraba bajo el capó.
El mal tiempo significaba me concedió un rato para dar una vuelta por Livigno. Es un poco aburrido. Pero, ¿qué os esperabais? El lugar no está hecho para que los turistas paseen por allí; se espera que estos esquíen o caminen por las montañas, dependiendo de la estación del año. De todas formas, es muy monótono. Sorprendentemente, no hay aceras. Los peatones caminan por las calles y odian a los coches, mientras que los conductores, odian a los peatones y tocan el claxon. Y después, se invierten los papeles. 🙂
Hay un hermoso y acogedor restaurante de cerveza (como a mí me gusta) llamado Birrificio Livigno. Tiene su propia fábrica de cerveza y afirman que se trata de la cerveza que se produce a mayor altitud de Europa. La marca es “1816”, la fábrica de cerveza con mayor altitud sobre el nivel del mar.
Y sí, puedo confirmar que todo el equipo de la fábrica está ubicado dentro del restaurante. Ahora, ¿con qué sistema creéis que está gestionada esta fábrica? Correcto, con SCADA. Frente a los tanques de acero y las tuberías, hay varios monitores que muestran todo el manejo del proceso de elaboración de la fábrica.
La comida de Livigno fue una sorpresa muy placentera.
Claro que no pudimos probar todos los restaurantes, pero aquellos que visitamos eran bastante impresionantes. Por desgracia, los precios no son tan atractivos, a pesar de que Livigno es una zona libre de algunos impuestos estatales, y los precios en las tiendas (de acuerdo a los italianos que la conocen) están alrededor de un 50 % más bajos.
En fin, basta de negatividad, también hay varias maravillas en este lugar. Por ejemplo, en el restaurante La Tresenda, ¡”sirvieron” una llama entre el plato principal y el postre! Así es, damas y caballeros, una llama real, “un mamífero de Sudáfrica de la familia de los Camelidae” © Wikipedia. Casi me caigo de la silla…
Resulta que tienen un completo zoológico, en uno de los establos también hay alpacas, caballos, vacas, ovejas y cabras. Definitivamente no hay avestruces: no están preparadas para tales altitudes, mientras que los animales de montaña de Sudamérica se sienten como en casa. Y para completar el tema de los Alpes italianos y, en particular, de Livigno, aquí tenéis una foto de un maniquí en la calle usando una bonita camiseta que dice “Blog”. No tengo idea de quién es ni por qué estaba ahí. 🙂
Realmente quería esquiar en Livigno, pero las extremas temperaturas nos alejaron de los hoteles alpinos de esquí, por lo que pasamos a las siguientes actividades planeadas.
Comprobamos que no es una tarea fácil ir desde los Alpes italianos hasta el aeropuerto más cercano (que resulta ser el de Frankfurt). No hay tráfico de helicópteros (las nubes son demasiado espesas y bajas, y tampoco estábamos pensando en viajar en helicóptero), así que la única opción viable fue viajar en coche, ¡570 kilómetros!
El sistema de navegación del coche sugirió una ruta mientras que Google sugirió otra. Mmmh, Yandex maps parece ser de más ayuda. Al parecer, Google no soporta otras opciones que involucren viajar en coche dentro de un tren. ¿O no lo estoy usando correctamente? Vale, una pregunta para la audiencia.
Ya que existe la opción de montar en tren (y subir el coche a bordo), pasar por un túnel, tomando un muy buen atajo, ¿por qué Google no sabe de su existencia y se niega a entenderlo mientras que Yandex sí lo entiende?… Ups, lo siento, Yandex tampoco puede verlo. Ambos fallan. En fin, lo primero lo primero.
Siempre es divertido dar un paseo por los Alpes en coche, incluso con mal tiempo. E, incluso si este increíble escenario se ve interrumpido por una masa gris producida por la lluvia o los copos de nieve, sigue siendo hermoso. Hacia donde mires hay paisajes pintorescos: acantilados, montañas con pequeñas cascadas congeladas, árboles cubiertos de nieve o inclinados hacia un precipicio. Lagos, acantilados, presas, túneles y puentes…
De la nada, apareció un rebeco en el camino. No estoy seguro si era salvaje o estaba domesticado, pero llevaba un collar:
Después, un conflicto entre los navegadores.
La femenina voz integrada en el Mercedes insistía en que giráramos a la izquierda, mientras que el navegador de Google insistía en que siguiéramos de frente. Hubo una pequeña disputa con mi compañero que era el conductor, y después decidimos girar a la izquierda. Y lo logramos. Fue una oportunidad única en la vida de subir a un tren en un coche. Sinceramente no sabía que existían tales rutas Alpinas. Pagas 38 francos por el servicio, esperas 20 minutos, conduces hacia el vagón, pones el freno de mano, el tren arranca y, 20 minutos después, atravesando un túnel de 19 kilómetros, te encuentras al otro lado de la montaña, muy cerca del famoso Davos. Así se ve, atravesando el Túnel de Vereina.
Después nos divertimos un poco, sin embargo, cuando nos acercábamos al aeropuerto de Frankfurt, tuvimos que conducir hasta el hotel Sheraton. Esto resultó más difícil de lo que esperábamos, incluso, nosotros, 2 personas con títulos universitarios (vuestro humilde narrador tiene un título en matemáticas, y mi compañero tiene un título en humanidades), no pudimos descifrarlo. Después de nuestra tercera vuelta alrededor del hotel, decidimos encontrar un camino alternativo para llegar :).
¿Quién conoce la manera correcta de llegar a este hotel? Los navegadores y Google Maps no son de ayuda, ambos se volvieron locos. Intentamos preguntarle a personas locales y tampoco tenían ni idea. Parece ser un fenómeno topológico muy misterioso.
Y aquí termina mi viaje por Europa. ¡Estad atentos a próximas aventuras!