La historia incalculable de las calculadoras mecánicas

Hace poco he estado con el Papa y me acordé de la existencia de algunos dispositivos olvidados como el aritmómetro. Puede que algunos de mi generación recuerden haber usado dicho dispositivo, mientras que para las nuevas generaciones el artilugio es una antigüedad, una reliquia existente hace eones, de cuando no existía Facebook (¿te imaginas?) ni tampoco Internet (¡¿QUÉ?!).

Pero hubo una vez en que el mundo, y más, dependió de este artilugio predigital y analógico. Por lo tanto, este artículo tratará en su totalidad sobre aritmómetros porque vale la pena conocer la historia, en especial si es tan pintoresca :).

¡Menuda invención! Por supuesto, podríais leerlo todo en Wikipedia, pero aquí os haré un resumen de qué es, en mi opinión, lo más importante.

Las calculadoras mecánicas aparecieron… ¡hace más de 2 000 años! ¡En la Grecia Antigua las usaban! ¿No lo sabíais? Yo creía que sí, pero luego me falló la memoria. Así que busqué los detalles para refrescar la sinapsis.

Ajá, ahí está. El mecanismo de Anticitera, originado uno o dos siglos a.C.; ¡eso es hace 2 100 años más!

El mecanismo de Anticitera es un ordenador analógico y un planetario mecánico usado para predecir posiciones astronómicas y eclipses con fines de calendario y astrológicos y también las Olimpiadas, los ciclos de los Juegos Olímpicos de la Antigüedad.

Almacenado en una caja de 340x180x90 milímetros, el dispositivo es un mecanismo de relojería complejo compuesto de 30 engranajes de bronce. Sus restos se encontraron en un único bloque, luego separado en tres fragmentos principales que se dividen en 82 fragmentos diferentes tras las labores de conservación. Cuatro de estos fragmentos contienen engranajes, mientras que las inscripciones se encuentran en muchos otros. El engranaje más grande mide aproximadamente 140 milímetros de diámetro y originalmente tenía 223 dientes. (Wikipedia)

¡Estos griegos!

Adelantemos 1 600 años y el siguiente ejemplo de calculadora mecánica nos lo da Leonardo da Vinci. Ese dispositivo era una calculadora de 16 bit con 10 engranajes.

Otra pausa larga de 120 años…

Algunas notas de Wilhelm Schickard de 1623 afirman que él diseñó y construyó el primer intento de calculadora mecánica. Su instrumento estaba compuesto de dos tipos de tecnologías: primero un ábaco neperiano para simplificar las multiplicaciones y las divisiones descritas por primera vez seis años antes, en 1617. En lo que a la parte mecánica se refiere, había un podómetro para realizar sumas y restas.

Dos décadas después…

Blaise Pascal diseñó una calculadora para ayudar en la gran cantidad de operaciones aritméticas requeridas; se llamó la Pascalina.

30 años después llegó la “máquina de Leibniz”…

El matemático alemán Gottfried Wilhelm Leibniz inventó una calculadora mecánica digital. Fue la primera calculadora que podía realizar las cuatro operaciones aritméticas. Su gran precisión era algo por delante de la tecnología de fabricación de la época.

Después de ello, vino una carrera de calculadoras…

[En 1674 llegó] el “aparato mecánico” de Samual Morland mediante la que las cuatro reglas fundamentales de la aritmética funcionaron inmediatamente “sin cargar la memoria, ni confundir la mente, ni exponiendo las operaciones con incertidumbre” (considerada por algunos como la primera calculadora del mundo).

En 1709…

[Giovanni] Poleni fue el primero en crear una calculadora con rueda de pines.

Y llegan los aritmómetros de verdad, no sus precursores…

El [aritmómetro] de Thomas de Colmar se convirtió en la primera calculadora mecánica con éxito comercial. Su robusto diseño le dio gran reputación de fiabilidad y precisión y fue importante para el paso de las calculadoras humanas a las máquinas calculadoras que aparecieron durante la segunda mitad del siglo XIX.

Su inicio de producción en 1851 dio comienzo a la industria de las calculadoras mecánicas que fabricó millones de dispositivos hasta los años 70. Durante cuarenta años, desde 1851 a 1890, el aritmómetro fue el único tipo de calculadora mecánica en producción comercial y se vendió en todo el mundo. Durante la última parte de ese período, dos compañías empezaron a fabricar clones del airtmómetro: Burkhardt, de Alemania, empezó en 1878 y Layton, del Reino Unido, empezó en 1883. Al final, una veintena de empresas europeas fabricaban clones del aritmómetro hasta principios de de la Segunda Guerra Mundial.

Mientras tanto, en Rusia, durante la misma década (1850-1860), Pafnuty Chebyshev creó el primer aritmómetro ruso.

Menos de una generación después, otro residente de Rusia (un ingeniero inmigrante sueco) empezó con la producción del aritmómetro de Odhner

Desde 1892 hasta mediados del sigo XX, las compañías independientes producían mundialmente los clones de Odhner y, en los años 60, con millones de estos vendidos, se convirtió en uno de los tipos de calculadora mecánica más exitosos jamás diseñados.

Vayamos hasta el 28 de septiembre de 2016 y un tal Eugene Kaspersky le entrega al Papa Francisco un aritmómetro de Odhner.

Su producción industrial empezó oficialmente en 1890, en el taller de San Petersburgo de Odhner.

El modesto taller poco a poco se convirtió en una planta de fundición de cobre, llamada la fábrica de Odhner-Gill, en la que se produjeron 500 aritmómetros durante su primer año. La fábrica incrementó rápidamente su producción y produjeron más de 5 000 aritmómetros en 1896. Las ventas de la calculadora aumentaron en todo el mundo y convirtió a la compañía en el primer exportador en el campo de las calculadoras. (Fuente)

Así que, ¡al parece hace 130 años Rusia fue exportadora de hardware informático!

En 1891, Odhner abrió una filial de su fábrica en Alemania. Por desgracia, tuvo que venderla en 1892 a Grimme, Natalis & Co. por las dificultades de tener dos instalaciones tan alejadas. Grimme, Natalis & Co. empezaron la producción en Braunschweig y vendieron sus dispositivos bajo la marca Brunsviga (Brunsviga es el nombre en latín de Braunschweig). Se hicieron muy famosos.

El resto de la historia es triste. En lugar de cambiar su nombre y convertirse en un gigante internacional como IBM (IBM se originó en 1911 como CTR, Computing-Tabulating, Recording Company, y en 1921 pasó a ser IBM).

La empresa se nacionalizó durante la Revolución rusa y tuvo que cerrar. A finales de 1917, la familia Odhner volvió a Suecia y volvió a empezar con la producción de su calculadora bajo el nombre “Original Odhner”.

Sí, sí… lo sé. La historia no tiene modo subjuntivo. Y esto no hace menos fascinante imaginarse qué hubiera pasado “si”… si lo que ocurrió en 1917 (y que marcó el cambio del curso del sigo XX) no hubiera ocurrido. Me quedo atónito.

La historia del aritmómetro continúa hasta después de 1917…

En 1924, el gobierno ruso movió la antigua instalación de producción a Moscú y comercializó la calculadora con el nombre de “Felix Arithmometer” hasta los años 70.

“Felix” fue el aritmómetro más popular de la URSS. Entre 1929 y 1978 se produjeron varios millones, con más de 20 modificaciones.

En la segunda mitad del siglo, el dispositivo se produjo con coste mínimo con el precio en mente. Esto redujo la calidad y la simplicidad del mecanismo disminuyó considerablemente el riesgo de rotura.

Al parecer, Felix se usó para los cálculos del viaje al espacio de Gagarin, sin mencionar las aplicaciones científicas/de ingeniería/militares del último siglo de la Unión Soviética. Luego llegaron las calculadoras soviéticas eléctricas, la cibernética soviética, los ordenadores soviéticos (incluido ES EVM), y mucho más. Pero ese ya es un tema diferente, no de aritmética.

Hoy se pueden encontrar aritmómetros en museos como el Polytechnic Museum de Moscú, el Deutsches Museum de Munich y el museo de tecnología informática de Hanover.

Hace poco también he sabido que se pueden encontrar en tiendas de antigüedades, y por un precio razonable.

¡Eso es todo por hoy, amigos! ¡Hasta mañana!

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