Abril 10, 2013
Tolbachik o, mejor dicho,Tolbasco
Seguimos con nuestra aventura en Tolbachik. Si os habéis perdido mi primer post al respecto, podéis leerlo aquí.
Por supuesto, solo fue cuestión de tiempo antes de que cogiésemos todo lo que teníamos a mano (excepto los objetos de valor) y los lanzásemos al río de lava: botellas de plástico, de vidrio, corchos de champán (celebrábamos un cumpleaños…).
Antes de que nos volviéramos locos arrojando cosas a la lava, obtuvimos el permiso de los vulcanólogos; quienes nos dijeron que no pasaba nada por lanzar nuestra basura al volcán. Así que, al día siguiente, decidimos traernos una bolsa repleta de todos tipo de artículos para realizar un ritual. La ceremonia de cremación incluía un juego de dominó, un paraguas y un rollo de papel higiénico.
Por supuesto, el material que mejor ardió fue la madera (teníamos varios leños para calentarnos en el campamento). Las botellas de vidrio no lo hicieron mal tampoco (¿quién se va de viaje a un lugar con condiciones climáticas extremas sin algo de alcohol?). Siguiendo el consejo de los vulcanólogos, metimos en las botellas un mensaje, una tarjeta del trabajo y un billete de 100 rublos (las botellas ya las habíamos “vaciado” anteriormente).
Una vez lanzamos las botellas, vimos como la lava fluía en dos direcciones: hacia el este y hacia el oeste. Esto nos hizo pensar una cosa: ¿Dónde terminarían las botellas? En el Mar de Ojotsk o en el Océano Pacífico.
“МЧС РОССИИ” es la abreviación de Ministerio de Emergencias de Rusia, pero también se puede traducir directamente, como Situaciones Extremas de Rusia. Creo que resume a la perfección este viaje.
En cambio, el juego de dominó no produjo los mismo efectos. ¡Ni llamas, ni nada! Un consejo: no os molestéis en llevar un dominó con vosotros para lanzarlo a la lava.
¿Qué más os puedo contar?
Una curiosidad:
Lo que más nos impresionó de este viaje no fueron los ríos de lava incandescente ni el espectáculo pirotécnico nocturno. Los más asombroso fue el momento en que aterrizamos en el lugar. Una vez habíamos descargado nuestras mochilas y el helicóptero había despegado, nos quedamos solos en medio de la inmensidad justo al lado del volcán y los ríos de lava, con un viento feroz y a una temperatura de 20º negativos. Os aseguro que nunca olvidaré esa primera impresión.
Sorpresa nº2:
Durante una tormenta de nieve, a 200 metros de distancia de nosotros, pudimos ver dos figuras humanas. ¿Cómo era posible? ¿De dónde habían salido? ¿Quién podría estar dando un paseo por este lugar tan inhóspito? Resultó que eran un par de fotógrafas rusas, Irina Daletskaya y su hija. Habían volado hasta allí para filmar la erupción y, debido a las condiciones meteorológicas, tuvieron que quedarse dos semanas, sobreviviendo en condiciones extremas (hielo, viento…). Gracias a dios, todo terminó bien. Como os comenté en mi post anterior, el tiempo cambia repentinamente. Después de tres días, tuvimos que ser evacuados de Kamchatka. ¡Una pena!
Me pregunto si los portátiles necesitan una temperatura mínima para funcionar.
Esto es todo por ahora. Si me doy cuenta de alguna otra anécdota interesante, no dudéis que os la contaré.
Si queréis ver el resto de las fotos, no dejéis de visitar mi perfil en Flickr.