Una visita a Seúl

Casi nunca cojo el metro, sin importar en qué parte del mundo esté. Mi rutina es: avión – coche – hotel (o casa) – coche – oficina – coche – hotel (o casa) – coche – avión… Sí que utilizo los trenes que transportan a las personas entre las terminales de los aeropuertos, aunque los metros de las ciudades no.

Pero el otro día en Seúl alguien sugirió que diéramos una vuelta en metro. La estación más cercana estaba a unos 200 o 300 metros de nuestro hotel y pensamos “¿por qué no?”.

¿Qué puedo decir? Bueno, aunque ya sabía cómo funcionaba el tema porque por debajo de mi casa pasa el metro de Moscú, he de decir que el metro metropolitano de Seúl tiene algo. Es nuevo, moderno, limpio, organizado, cómodo y enorme. Aunque se abriera en 1974, es el doble de grande que el metro de Moscú y una vez y media más grande que el de Londres. Vaya, los coreanos sí que saben cavar.

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De Tokio a Seúl

Esta vez, en Japón, no hubo nada digno del Top 100, no hubo excursiones, ni paseos… ni tiempo libre. Solo hubo conferencias, reuniones, entrevistas y más shigoto (仕事), que significa trabajo.

Antes de venir a la Tierra del Sol naciente, esperaba que el ritmo de trabajo no fuera tan frenético como de costumbre, esperaba tener más libertad para contemplar con tranquilidad los paisajes históricos y naturales, para dar reflexivos paseos vespertinos, hacer pícnics y más. Claro. Cuánto más tiempo pasaba, parece que más me alejaba de cualquier oportunidad de ver cosas como el Monte Fuji o Aogashima, y más me concentraba en “shigoto, shigoto, shigoto“. Que también está bien, claro, pero… bueno, ¡mirad qué le pasó a Jack!

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El poco microturismo que pude hacer fue una marcha rápida por mi ruta favorita a las afueras de los terrenos del Palacio Imperial de Tokio.

https://www.instagram.com/p/BFYZh7AuiSA/

 

 

Os recomiendo un paseo por los caminos a través de los parques cercanos al palacio. Y también por los caminos dentro del complejo de este.

tokyo-japan-emperor-palace-may-2016-5-1Dentro del complejo te pedirán educadamente que te abstengas de hacer muchas cosas como: tirar basura, hacer ruido (por la noches), romper las ramas de los árboles, hacer fuego, encender fuegos artificiales, hacer grafitis en los edificios. Y con toda razón. La lista se ha actualizado desde la última vez que estuve allí. Ahora también te piden que no hagas volar cuadricópteros. Estos japoneses, siempre al día :).

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Aquí tenéis una foto de nuestra vuelta a casa (¡una carretera en zancos sobre un río! Pobres peces y demás criaturas del río…

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Más tarde, esa misma noche, se repitió la vista panorámica de Tokio, como la que os conté en la entrada anterior: la capital en 360 grados desde ambos lados del rascacielos. De noche, la vista es tan increíble como de día, si es que no lo es más. Es una pena que el Monte Fuji no pueda verse de noche. En realidad me retracto de haber dicho eso. ¡La única forma en la que el Monte Fuji se pueda ver de noche es si estuviera en erupción!

https://www.instagram.com/p/BFZem0kOiVP/

 

A la mañana siguiente, fui al aeropuerto para coger un vuelo hacia Seúl. Si alguna vez cogéis esta ruta, aseguraos de sentaros en el lado derecho (mirando hacia atrás) porque justo después del despegue tendréis una vista increíble del Monte Fuji desde la ventana (a veces puedes admirarlo en su totalidad, y otras veces entre nubes).

Pero, ¿cómo supe en qué lado sentarme? Bueno, pues volé de Tokio a Seúl en 2005. Hasta he encontrado las fotos:

En resumen, aunque en su mayoría fue por negocios, este viaje a Japón no fue mal. En realidad ningún viaje a Japón va mal 🙂.

Más de los viajes a Japón de los últimos 5 años aquí.

Adiós por ahora, amigos. Volveré muy pronto. Pero, por ahora, volvamos al shigoto

Tokio a 360 grados

Pera empezar…

¡Esta mañana pude admirar una vista panorámica completa de Tokio desde lo más alto de un hotel rascacielos!

Normalmente, solo se puede ver un lado de la ciudad, pero esta vez, mi compañero de viajes, A. Sh., estaba en una planta diferente al otro lado del edificio. Desde mi ventana, podíamos ver los rascacielos de oficinas financieras y, en el lejano horizonte, el Monte Fuji, mientras que por la suya podíamos ver el resto de Tokio. Por supuesto, estar a una altura tan grande tiene sus ventajas, en especial si la administración del hotel deja un par de prismáticos sobre unos platos especiales en cada habitación 🙂.

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Dejadme enseñaros Moscú a través de mis ojos

Privyet droogs! (¡Hola, amigos! Hoy os lo digo en ruso)

Cuando me preguntan en qué parte del mundo vivo, siempre respondo Moscú. Sin embargo, sólo vivo aquí unos cuatro o cinco meses al año (el resto del año estoy fuera por viajes de negocios). Y en esos cuatro o cinco meses del año veo un poco la ciudad, además de las rutas que siempre recorro entre mi oficina, mi apartamento, y los tres aeropuertos internacionales de Moscú. De vez en cuando, voy al centro de la ciudad a hacer algunas cosas, como ir al dentista, nuestra fiesta de fin de año, o a la clínica por mi vacuna contra la fiebre amarilla (necesaria para algunos países de Latinoamérica y África). Pero aparte de eso, casi nunca voy. ¿Quién lo habría dicho? Yo, una persona que prácticamente no deja de viajar, ¿y casi nunca puedo visitar bien la ciudad donde vivo? Qué raro. Así que este fin de semana decidí cambiar esta realidad. Acompañado de otros dos “turistas” residentes de Moscú con los que he viajado muchísimo, llegó el momento de visitar Moscú, o al menos una parte, en una rápida marcha de seis horas…

Empezamos en la Colina de los Gorriones, y terminamos en Molochny Pereulok, o Dairy Lane:

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Preparando KICS hacia la protección industrial

¡Hurra!

Hemos lanzado KICS (Kaspersky Industrial CyberSecurity) la cibervacuna especial contra ciberenfermedades, la cual brinda protección a fábricas, plantas energéticas, hospitales, aeropuertos, hoteles, almacenes, carnicerías y otros miles de tipos de empresas que utilizan sistemas de control industrial (SCI). En otras palabras, debido a que casi todas las empresas se manejan con dichos sistemas, ¡acabamos de lanzar una cibersolución dirigida a millones de negocios grandes, medianos y pequeños de producción y servicio de todo el mundo!

Entonces, ¿qué es todo esto de KICS? ¿Para qué sirve? Primero, recapitulemos…

Antes de la década de los 2000, un ciberataque en una instalación industrial solo podía ser la fuente de inspiración para un escritor de ciencia ficción. Pero el 14 de agosto de 2003 en el noreste de EE.UU. y en el sureste de Canadá, la ciencia ficción se hizo realidad:

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Debido a ciertos problemas en el suministro eléctrico, 50 millones de ciudadanos norteamericanos se quedaron sin electricidad (unos durante horas, otros durante días). Se rumoraban muchas razones tras esta catástrofe creada por el hombre, incluyendo árboles en mal estado, la caída de un rayo, ardillas malvadas y… el efecto secundario de un ciberataque que empleó el gusano informático Slammer (Blaster).

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El semi tour de pre-pascua en Knesset

Una semana más, otra ruta de viaje en triángulo, esta vez: Moscú-LondresJerusalén-. Y así fue: conferencia, charlas, reuniones con socios y clientes. Todo se trató de trabajo, trabajo, trabajo… y una pizca de turismo: una visita al Knesset.

jerusalem-israel-1El Knesset, queridos lectores, es el parlamento de Israel, probablemente uno de los parlamentos más activos, heterogéneos y con más escándalos del mundo. Son 120 miembros de una gran variedad de opiniones políticas, religiosas con diferentes niveles de tolerancia y libertad; para algunos es el reality show de política más desvergonzado: un completo desorden, como la sociedad Israelita… pero esa es otra historia (bastante completa en Internet). Pero de momento intentaré volver a contar algunas historias e incidentes que han ocurrido en este lugar, tal como me lo han contado personas que fueron testigos. Pero hablaré sobre eso más tarde…

Por desgracia, no llegamos a ver en vivo y en directo ninguna sesión mientras estuvimos ahí, ya que llegamos en un día no laboral. De hecho, ni siquiera pudimos entrar a ver el Plenum Hall (en español, Sala del Pleno), ya que todo el mundo se estaba preparando para el festival de Pascua. Prácticamente estaba todo cerrado, todos haciendo limpieza para dejar todo reluciente para la importante celebración judía. ¡Incluso el bar del hotel cerró a las 9pm!

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De Heathrow al Aeropuerto Internacional de Tel Aviv en Brittish Airways: nada bien

Muy bien, aquí estamos otra vez…

Suena el despertador, ¿dónde estoy? Hotel, ducha, maletín, taxi, aeropuerto, check-in, rayos x; “desayuno” (un sándwich y un zumo de tomate), sala, asiento en la ventanilla. Aquí viene la primera pequeña tortura de este soleado día: me encuentro justo a la altura del ala del avión, es algo aterradora y realmente grande (estábamos en un Boeing 777). Iba a ser uno de esos días. Y así fue…

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Uff, vaya. ¿Sin vistas? Entonces tendré que pasar más tiempo con los ojos cerrados. Fue un vuelo madrugador, alrededor de las 8 de la mañana, así que, ponerme al día con las horas de sueño era justo lo que necesitaba…

Acababa de dormirme cuando me despertó bruscamente el piloto. Estaba anunciando que debido a un problema técnico no íbamos a poder despegar. ¡Buff! Aunque más vale prevenir que lamentar. Así que, de vuelta a la salida y a entrar de nuevo al aeropuerto hasta que resolvieran el problema.

Estuvimos sentados 2 horas mientras retiraban la parte defectuosa de la aeronave y la reemplazaban con una nueva. Al menos esa parte estaba a mano, o eso creo.

Nos volvimos a meter en el Boeing, guiados por un equipo muy seco “inglés” de auxiliares de vuelo con acentos muy raros.

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Otra media maratón en Londres

¡Hola amigos!

Continuamos con nuestra caminata por la Ribera del Támesis. El otro día os enseñé la primera parte de la caminata de este día (dimos un paseo por el teleférico + Greenwich y la llegada a Cutty Sark) y aquí está la segunda parte.

Después de estar en Cutty Sark llegamos a la entrada del túnel que pasa por debajo del Támesis por el que pasamos A.B. y yo la vez pasada. Pero no esta vez…

Ésta vez no giramos a la derecha… ni pasamos por el túnel, continuamos todo recto a lo largo del malecón. “¿Por qué no?”, pensamos: el camino era bonito y agradable, había muchísimas cosas para ver, el sol brillaba… incluso las nubes eran dignas de fotografiar. Vamos a evitar pasar por el túnel…

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¿Qué se dicen a sí mismas las petunias al caer?

¡Está pasando otra vez! ¡Sí, otra vez!. Lo sé porque salió en la Guía del viajero intergaláctico” de Hitchhiker. Y lo cito: “Curiosamente, la única cosa que pasó por la mente del tiesto de petunias mientras caían fue “está pasando de nuevo!”. Muchas personas han especulado que, si supiéramos exactamente por qué pensó eso el tiesto de petunias, sabríamos mucho más de lo que sabemos ahora sobre la naturaleza del universo.”

Hoy me he acordado de este párrafo. Estaba en un avión una vez más mirando hacia abajo por la ventana izquierda a los paisajes. ¡Una vez más estoy aquí!” Pensé, mientras miraba el mapa que mostraba la trayectoria del avión frente a mí: sobrevolando Ámsterdam, yendo de Moscú a Londres. Justo el otro día hice la misma ruta, ¡solo que hacia el otro lado!

DSC04068“Mmmm, parecido a la petunia, solo que hacia el otro lado” pensé. No estoy seguro si eso es una autocrítica o sobreestimación, los físicos y botánicos tienen diferentes opiniones sobre este tema, así que no haré comentarios. Solo diré que la llegada a Heathrow fue como lo esperaba: ¡con una vista completa de Londres desde mi ventana!

Por allí fue donde mi acompañante de viaje A.B. y yo caminamos media maratón a lo largo de la ribera del Támesis la semana pasada…

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En La Haya, ¡y qué playa!

Desde Utrecht nos dirigimos hacia el oeste en coche, hasta llegar a La Haya. Y llegó el  momento de ser juzgado, pero no por la corte, sino dando una charla, por primera vez en la Conferencia Internacional ISCC de Protección de Bits y Átomos, pero hablaré sobre eso más adelante.

La noche de la conferencia pude dedicarme a uno de mis hobbies favoritos: recorrer el lugar. Esta vez, fue la sede del gobierno y el parlamento holandés (que no hay que confundirla con la capital holandesa, Ámsterdam).

¿Qué puedo decir? La impresión general, en una palabra: opaco; en tres palabras: un poco aburrido. Aunque es una ciudad costera con una playa bastante bonita (ver abajo), es muy tranquila. Pero, de nuevo, es temporada baja. Hay muy poca gente, alejada del pueblo y a lo largo de la costa. “Es como estar a media noche en Noruega, al norte del círculo polar: el sol brillaba, pero no había nadie por ahí”, expresó mi acompañante de viaje, A.B. “Es verdad A.B., o como estar a media noche en Islandia“, confirmé.

Diré algo a favor de La Haya: ¡su playa es maravillosa!
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