Junio 3, 2020
El ciberpulso del mundo durante la pandemia.
Una de las preguntas más frecuentes que me hacen en estos tiempos difíciles es cómo ha cambiado la situación ciberepidemiológica. ¿Cómo se ha visto afectada la ciberseguridad en general por el cambio masivo hacia el teletrabajo (o para aquellos que, desgraciadamente, no pueden teletrabajar pero que también han tenido que estar en casa todo el tiempo)? Y, más en concreto, ¿qué nuevos y astutos trucos han inventado los ciberdelincuentes y qué cómo mantenerse protegidos contra ellos?
Por tanto, me he decidido a resumirlo todo en este artículo.
Como es habitual, los delincuentes, incluidos los ciberdelincuentes, analizan de cerca a su víctima y luego se adaptan a las condiciones cambiantes para maximizar sus ingresos criminales. Entonces, cuando la mayoría del mundo cambia de repente y se ve obligado a permanecer en casa (teletrabajo, ocio doméstico, compras desde casa, interacción social en casa, etc.), el ciberdelincuente también cambia sus tácticas a modo de respuesta.
Los ciberdelincuentes se han dado cuento de algo muy importante: la mayoría de las personas que permanecen encerradas ha aumentado considerablemente el tiempo que dedican a Internet. Esto supone una “superficie de ataque” general más amplia para sus actos delictivos.
Lamentablemente, muchas empresas no brindan una ciberprotección de confianza y calidad a esos empleados que ahora se ven obligados a trabajar desde casa. Esto supone muchas más oportunidades alentadoras para los ciberdelincuentes de atacar las redes corporativas a las que los empleados están conectados.
Y, por supuesto, los malos atacan. Esto lo evidencia el fuerte aumento de los ataques de fuerza bruta en servidores de bases de datos y RDP (tecnología que permite, por ejemplo, que un empleado obtenga acceso completo a su ordenador de trabajo: sus archivos, el escritorio y básicamente todo desde casa o cualquier otro lugar).
Ordenadores únicos afectados por ataques de fuerza bruta, de enero a abril del 2020